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Óscar Bagüí: “Las redes te llevan a ser un jugador del montón”
El esmeraldeño se alista para despedirse del fútbol profesional con una fiesta. Recomienda a los jugadores jóvenes prepararse para ser siempre el mejor y no distraerse con las plataformas digitales.
El último baile de Óscar Bagüí se aproxima. Ya tiene listos el ‘esmoquin’ y los ‘pupos’ de charol. Se hace ‘agüita’ por pisar la cancha en su despedida del fútbol profesional el 10 de julio.
Aunque hace algunos meses adelantó su nueva faceta como integrante del cuerpo técnico de Emelec, al esmeraldeño la nostalgia por sus 11 años de carrera no deja de emocionarlo.
¿En qué se piensa cuando llega el retiro?
Se piensa en todo cuando se llega a la parte final, uno se pone grande y te dicen que estás viejo. Cuando eso pasa uno debe de comenzar a planificar la vida de una manera diferente.
¿Cuándo comenzó a pensarlo?
Cuando renové mi penúltimo contrato en 2018, dije que quería jugar dos años más y retirarme en el Capwell.
Pero lo suyo no es tan doloroso, está en el cuerpo técnico del Bombillo...
Es verdad, porque comencé a armar mi futuro, me puse a estudiar para ser entrenador y seguir en esta profesión. Fue un cambio no tan duro, salí de jugar para estar en el cuerpo técnico de Emelec.
Su carrera ha sido buena, sin problemas extrafutbolísticos.
Siempre quise tener una carrera larga, por eso fui responsable en todo, dentro y fuera de la cancha. Casi no falté a los entrenamientos y tuve pocas lesiones.
¿Cómo se cuidaba?
El cuidado desde la comida es fundamental, eso es vital, pero luego en lo físico quise ser siempre el número uno, no dejar nada al azar. En mi mente siempre me creí que era el mejor y me preparaba todos los días para eso.
¿Qué le aconsejaría a los ‘pelados’ ?
Los chicos deben de cuidarse de las redes sociales, es una doble cara, puede servirte o hundirte. Tienen que estar ‘pilas’ con eso. Si haces las cosas bien, te suben, pero si te pasa algo, te matan.
Deben creer que son buenos, que se convenzan de eso, que tengan fuerza metal para lograr los objetivos, que trabajen al máximo, que se entreguen completos. El fruto de eso será su carrera.
¿Cuánto complican las redes sociales a los jóvenes?
Depende de dónde quieran estar. Hay jugadores que tienen redes sociales, otros son más mediáticos y quieren ser centro de la atención. Si le dedican mucho tiempo, seguro que se van a desconcentrar, porque al final es una distracción. Las redes no te van a llevar a ser un jugador elite, pero sí pueden llevarte a ser uno del montón.
¿Y usted cómo lo maneja?
Sí tengo, pero soy de las personas que no le doy tanta importancia. Nunca me enfoqué a responder las ofensas, puede que las borre y listo. En su momento me dieron duro, pero me propuse ser el mejor y a trabajar.
¿El día más feliz en Emelec?
El día de los campeonatos. Siempre hablo del 2014, pero todos son lindos. Por ejemplo, el del 2017, dimos la vuelta el 17 de diciembre y le dije a mi hija que eso iba por ella. Fue muy feliz.
¿Y el más triste?
También en una final, en el 2021 ante Independiente del Valle. Sabía que era el último partido de mi carrera y no salieron las cosas como las quería. Ese escenario fue durísimo, no se logró el campeonato, pero salí a aplaudir al hincha por estar ahí. Fue duro, porque era mi última vez como jugador.
¿En qué momento Emelec se le metió en la piel?
En mi familia había problemas, muchos son de Barcelona y otros de Emelec, ya se imaginan cómo eran los Clásicos del Astillero, entre peleas y bromas. Pero a mí se me mete Emelec en el corazón cuando pisé el Capwell en un partido ante Internacional de Porto Alegre (1-1, febrero de 2011), hice dos cierres y evité dos goles, la hinchada me ovacionó y se metió el amor por Emelec. Fue algo sublime, luego pasaron muchas cosas lindas. Ahora le digo adiós vistiendo de azul.