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Mundial de Catar: Aparecen aficionados más falsos que un billete de 3 dólares
Argentinos ‘quemaditos’ y brasileños narizones cantan por las calles de Doha. Solo gritan el nombre del país con acentos bien raros.
Las calles de Doha, sede del Mundial 2022, se llenaron de hinchas de Brasil y Argentina que van caminando y gritando el nombre de su país, pero... qué raro, narizones los unos y medio ‘quemaditos’ los otros.
La aparición de estos ‘fanáticos cohetes’ es una de las sorpresas de Catar. Al parecer, son migrantes contratados por unos 10 dólares al día, más la ‘jama’, para recorrer la ciudad con la camiseta de los países participantes en el torneo, como si en realidad fuesen de esas naciones.
Los falsos hinchas son de Nepal, Bangladesh, India, Turquía, es decir toda la fuerza trabajadora de este país
Aunque ser hincha de otro país no es pecado, en sus rasgos personales estos no tienen nada que ver con los verídicos.
Los argentinos que aparecieron en Doha, en su mayoría son ‘morochos’, como le dicen ellos a los que no son de tez blanca.
Omar es nacido en India, pero acá es más argentino que el Kitu Díaz, al igual que Mitchum Sarker, quien dice amar a Argentina. Ninguno de ellos en su vida ha comido un buen asado y tampoco ha tomado mate, pero llevan la palabra Messi en su espalda y gritan “Argentina, Argentina”, pero sin el ‘dejo’ de los sur del continente americano.
Mad Rana se colocó la camiseta de Messi, y por ahora no tiene entradas para ver al país de la camiseta que usa, pero qué importa, en las callecitas de Souq Waqif lleva más de 10 fotos que le han tomado, la fama le ha llegado.
Como ellos hay unos brasileños cuya 'pinta' los deja 'fuera de lugar' en este Mundial. Narizones y con rasgos medio raros, estos igual se pasean con la verdeamarela por las calles de Doha y soplo gritan "Brasil, Brasil...". Cuando se les pregunta algo sobre el país, otra vez dicen "Brasil, Brasil". Y si se les pide que se 'peguen' una canción de aliento a su país, otra vez salen con el "Brasil, Brasil".
Pero es el ambiente del Mundial y, a decir verdad, estos hinchas falsos han llenado de colorido las calles. Si era para hacer eso, le pegaron y bien; ahora, si los asiáticos tirados a sudamericanos se ganan o no un dinero extra, esa es otra historia.