Terminó el camino de los amarillos en los torneso internacionales en esta temporada 2022. No logró llegar a la fase de grupos de Libertadores y, al llegar a Sudamericana, tampoco pudo clasificar a los octavos de final. Barcelona deberá alcanzar la etapa de la LigaPro para respirar en el semestre.

Barcelona no quería esperar al domingo para celebrar algo de lo que va en la temporada y salió con la máquina en quinta velocidad. Este duelo ante Montevideo Wanderers significa el pase a la Copa Sudamericana y el Ídolo lo sabía. En menos de dos minutos, tuvo dos oportunidades muy claras para abrir el marcador en Uruguay. 

Primero con Adonis Preciado, quien recibió una asistencia de Carlos Garcés, y quedó solo mano a mano ante el portero Mauro Silveira, pero no pudo vencerlo. A renglón seguido, Garcés tuvo un testazo que dejó estremeciendo el travesaño. A partir de esa sorpresa, Barcelona impuso condiciones por los siguientes 10 minutos. De hecho, tendría otro remate desde la derecha de Garcés, pero no tuvo la dirección de gol. El duelo tenía un dueño y era la visita.

El local, que también tiene oportunidades de clasificar a la siguiente ronda, empezó a salir del fondo de la cancha y a moverse en el sector defensivo de los amarillos. El talentoso Nicolás Quagliata se atrevía y generaba acciones de gol. Sin embargo, no trascendieron.

El partido caería en un bache futbolístico y en medio de ese letargo de emociones, Barcelona encontraría una nueva oportunidad. Esta vez un rebote favoreció a Preciado, pero de nuevo falló ante la humanidad de Silveira.

Temprano en el segundo tiempo, tanto Barcelona como Wanderers lograron afectar las áreas contrarias. Jugadas puntuales: un cabezazo que no llegó en una clara para los uruguayos, y con un remate de Carcelén, quien en la frontal, la mandó a la grada.

El volante de 22 años, Quagliata, iba a encender la máquina y dejó a varios amarillos en el camino, se infiltró en el área y su remate pasó saludando el vertical que defendía Burrai. Se salvaba el Ídolo.

Con Lanús ganando en Argentina y sellando el pase como el clasificado del grupo, en Montevideo el asunto disminuyó en intensidad. Parecía que el desgaste ya no lo valía, ni para uno, ni para otro.

Barcelona tendría la oportunidad de anotar en el ocaso del partido. Mastriani recibió fuera del área, se perfiló directo al gol, remata y el portero charrúa volvía a ser héroe en su club. El reloj marcaba 83 minutos del partido.