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Manuel Bravo: "Es algo inolvidable"
El presidente de la Ecuatoriana de Atletismo estuvo de abasto de Richard Carapaz. Vivió en primer fila la conquista de la medalla de oro olímpica.
Las restricciones que se viven por la pandemia hicieron que estos Juegos Olímpicos de Tokio sean diferentes. La prohibición de contar con público en los escenarios y el limitar el número de asistentes que acompañan a los deportistas en las competencias provocaron que pocas personas vivan en primera línea las conquistas de las anheladas medallas.
Uno de los afortunados de presenciar en directo la gesta de Richard Carapaz al alcanzar la presea dorada en la prueba de ciclismo de ruta fue Manuel Bravo. Como presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo forma parte de la delegación tricolor en Japón, y fue designado para brindar apoyo logístico a Carapaz y Jhonatan Narváez en la competencia en Fuji.
“Avatares de la vida y del destino me ubicaron en ese momento. Acá las condiciones son muy severas. No permiten desplazamiento de deportistas, entrenadores de otras disciplinas a las competencias. Incluso del mismo ciclismo, del BMX, no podían ir”, detalló Bravo.
Afirmó con orgullo que “fue increíble ser testigo de este nuevo éxito histórico del deporte ecuatoriano, es algo inolvidable. Ser un privilegiado al estar en primera línea es una experiencia para contarle a mis nietos”.
TRABAJO EN EQUIPO
Bravo estuvo en un punto de abasto a los ciclistas en el largo y exigente trayecto de la prueba y tuvo la posibilidad de recibir a Carapaz en la meta.
“Al estar dentro del staff del Comité Olímpico me designaron para apoyar de forma de abasto y para la logística. Nos guió el entrenador Santiago Rosero sobre lo que teníamos que hacer en cada punto”, indicó el dirigente.
Resaltó que Carapaz y Narváez junto a su entrenador planificaron la estrategia a aplicar en la prueba. “Jhonatan iba a sacrificarse para dejar a Richard adelante. La estrategia la tenían muy clara. Sacrificó un puesto personal por el colectivo, es digno de destacar su papel”.
Bravo también contó sobre las sensaciones al ver a Richie en el podio olímpico. “Todos lloramos al escuchar el himno. Una muestra de la satisfacción del trabajo de todo el equipo, desde el entrenador, el mecánico y los deportistas”.
Bravo señaló que el festejo fue corto, ya que el grupo de apoyo tenía que regresar a la Villa Olímpica, en Tokio, y los ciclistas y su equipo al hotel de concentración para descansar y someterse a pruebas PCR previo a su viaje a Europa.
CIERRA UN CICLO
Rosero, entrenador del equipo ecuatoriano, sella con broche de oro su función con el equipo élite y ahora afrontará el Tour de L’Avenir, en Francia, con la selección sub-23.
Tras esta competencia asumirá como presidente de la Federación Ecuatoriana de Ciclismo, en reemplazo de Oswaldo Hidalgo, con el reto de mejorar las condiciones para los pedalistas.