La fiesta no fue completa para Esnayder Soldado. El pequeño no encontraba motivo de festejo a pesar del gran triunfo de su equipo en la final sub-10 del torneo vacacional en San Juanito de Monjas, en el límite de Quito con el Valle de los Chillos.

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Acababa de conseguir un título, pero para él seguía siendo uno de los días más tristes, porque era el último que compartía con sus amigos del barrio al tener que mudarse esa misma tarde a un nuevo hogar, en Llano Grande, al norte de la capital, a 25 kilómetros de ahí.

Ya no iba a entrenar en la escuela de fútbol del barrio y se separaba de sus ‘panas’ de la escuela San Juanito de Monjas. “Estoy muy triste porque me voy”, alcanzó a responder en un corto diálogo con EXTRA mientras sus compañeros le abrazaban y Jordan Santillán se encargaba de explicar el motivo por el que su mejor amigo no paraba de llorar.

Todos tenían tristeza porque ya no lo tendrán en los entrenamientos que comparten desde hace tres años en la cancha del barrio en el que nació. “Ha estado ‘bajoneado’, incluso se notó en el partido, porque él suele jugar mejor. Son situaciones familiares, pero claro, él creció aquí y los amiguitos han estado desde pequeños. Es una pena”, dijo su padre, Álex, mientras intentaba sacarle una foto y el pequeño apenas miraba a la cámara.

A pesar de que por sus buenas condiciones el entrenador le ha propuesto que puede estar en los partidos aunque no entrene entre semana con el grupo, en la familia sabían que la final era la despedida, pues la distancia complica que pueda seguir vinculado. El plan es buscar otra escuela de fútbol cerca de la nueva casa porque tanto el niño como sus padres tienen el sueño de que Esnayder llegue a profesional.

San Juanito de Monjas no solo lleva con éxito la escuela de fútbol infantil, sino que ha sabido organizarse para generar eventos que los padres de familia y deportistas felicitan. Además, es una de las pocas entidades que es completamente independiente.

Su presidente, Miguel Cuchipe, cuenta con orgullo que han conseguido que el Municipio direccione obras hacia la liga y que lo han hecho sin requerir la fuerza política de las matrices de ligas.

La liga además promueve la inclusión y este aspecto se reflejó con la presencia de mujeres en los equipos. En la sub-10 de San Juanito de Monjas, por ejemplo, jugó Rafaela Zurita, quien incluso marcó en la victoria ante Los Tigres.

La pequeña contó muy feliz que fue su madre quien le inscribió a la escuela de fútbol del barrio, en donde lleva un año. Su talento es evidente y la niña ahora sueña con convertirse en profesional, gracias a la oportunidad que le confía el entrenador Andrés Ramírez.

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