Los tiempos están cambiando. Antiguamente, jugar, bañarse o practicar deportes e incluso tener sexo en Semana Santa, en particular en Viernes Santo, estaba prohibido. No había una ley que lo establezca, pero así era. Hacer cualquiera de esas cosas se consideraba un pecado. Así nos lo enseñaban nuestros abuelos, quienes afirmaban que tales acciones ‘ofendían a Diosito’.

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Sin embargo, los tiempos han evolucionado y ahora hasta la LigaPro se activa durante la Semana Santa, aunque muchos rechazaron la idea cuando se empezaron a programar partidos en estas fechas.

Hinchas como el barcelonista Andrés Camacho, que hoy estará viendo a su equipo ante Macará, recuerda que los abuelitos era tema prohibido el jugar en Viernes Santo, pero que en el 2024 su equipo deberá de ganar puntos, de no hacerlo si “sería pecado”.

EXTRA conversó con dos personas que nos ofrecen datos ‘certeros’ sobre lo que implica jugar en Viernes Santo: el sacerdote Rafael Ramírez, de la Iglesia católica, y el pastor Alexis Casabona, de la Iglesia Pentecostal Unidad Internacional del Ecuador (IPUIE).

Es importante tener en cuenta que la intención no es satanizar a quienes participan de los partidos ni acusar a la LigaPro de ‘pecadora’.

Para el padre Rafael, jugar en Semana Santa conlleva varias implicaciones. “Los tiempos no cambian; son las personas las que cambian, adoptando ciertas costumbres de carácter pagano. Con el tiempo, la gente está perdiendo la fe, y al perderla se vuelven indiferentes a lo que no pueden ver. Por ende, le otorgan poca importancia”, sostiene el sacerdote.

Afirma que aquellos que jueguen durante esta semana no tendrán consecuencias negativas, ya que Dios no conoce el rencor ni la venganza. “La semana no es santa; son las personas las que pueden mejorar”, añade Rafael. También señala que la intensidad de la fe se está diluyendo gradualmente con el tiempo, como lo evidencia el cambio observado en generaciones anteriores.

El religioso recuerda cómo solía ser durante estas fechas: ni siquiera te permitían jugar a la pelota. Considera que desafiar estas prohibiciones tiene consecuencias que se manifiestan en el futuro.

Mientras que Carlos Santillán, quiere que el domingo de resurrección, su Emelec, deje a un lado a Independiente le gane sobre toda las cosas.

El pastor Alexis Casabona se basa en las palabras de Jeremías 10:3, que dice: “Porque las costumbres de los pueblos son vanidad”. Desde esta perspectiva, expresa que “como Iglesia, no nos reunimos solo una vez al año, sino cada semana. Dios no nos pide que seamos santos una semana y que dejemos de hacer otras cosas. Antiguamente se creía en muchas prohibiciones, la gente evitaba jugar y bañarse, pero eran solo creencias. No veo ningún mal en que se juegue fútbol durante la Semana Santa. Lo importante es no olvidar que Dios nos ama”.

El predicador también considera que “las tradiciones a menudo contradicen la ley de Dios”, haciendo referencia al hecho de que en el pasado jugar a la pelota se consideraba un pecado. Por lo tanto, anima a seguir adelante con la jornada 6 de LigaPro, enfatizando que sería un ‘pecado’ perder el próximo partido.

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