Joel y David Vela fueron figuras en el cuarto título consecutivo que consiguió Deportivo Juvenil en la Liga Barrial El Inca, en el norte de Quito. Los futbolistas dedicaron los goles a su madre, por su cumpleaños, mientras desde la dirección técnica su padre los miraba orgulloso de saber que juntos estaban venciendo nuevamente en una final, esta vez ante Esmeraldas, un rival tradicional en el barrio.

En El Inca el fútbol es intenso y los equipos cuentan con jugadores muy técnicos. Y así quedó reflejado en un reñido cotejo, en el que fue difícil escoger cuál de los cuatro goles marcados fue el de más calidad.

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En el primer tiempo, Esmeraldas arrancó más firme, pero de a poco cedió espacio y acabó sufriendo las arremetidas de Juvenil, que marcó el primer tanto pasada la media hora, con un remate espectacular de Jorge Estrella, quien con pierna izquierda colocó la pelota pegada al horizontal.

Desde ese primer tanto el partido se volvió un ida y vuelta muy emocionante y en el primer cuarto de hora del segundo tiempo Esmeraldas consiguió empatar tras una gran jugada de Esteban Bedón, que eludió la marca y clavó un remate en un rincón abajo. Otro golazo y los nervios instalados con el empate.

EL SHOW DE LOS ÑAÑOS

En ese momento, cuando el partido se ponía más bravo, aparecieron los hermanos Vela, que tenían un plan y no podían dejar de ejecutarlo. Tan seguros estaban que marcarían, que habían preparado camisetas con dedicatorias a su madre, Mónica Basantes, por su cumpleaños.

El primero en mostrarla fue Joel, que sacó una ‘pinturita’ para poner el 2-1. Fue un gol con mucha técnica, pues al recibir el balón en el borde del área lo levantó con la pierna izquierda y con su diestra impactó antes de que cayera, en una especie de volea que dio la curva perfecta. La admiración general se percibió en la reacción del público. La más emocionada fue su madre, que dejó escapar las lágrimas en ese momento.

Pero el llanto de felicidad no terminó ahí, pues su primogénito, David, no se cansó de buscar su gol, algo que sabía posible, ya que en la fase regular y en la liguilla había superado los veinte tantos. En un tiro de esquina, el joven se elevó perfecto para conectar de cabeza y poner el tercero en favor de su equipo.

En un instante se quitó la camiseta para mostrar la dedicatoria y buscó la mirada de su madre entre la tribuna. Solo después de verla, corrió al abrazo con su padre, Freddy Vela, que ha sido el entrenador del equipo en los dos últimos títulos logrados.

“Esta es nuestra pasión, de mi familia y pudimos dedicarle los goles, con mi hermano, a mi mami. Estaba seguro de que podía marcar, me anularon uno, pero seguí intentando y se me dio”, contó David a EXTRA, en medio del festejo, que también compartió con su esposa e hija.

EL SUEÑO FRUSTRADO

Su padre dirigiendo el equipo y ellos jugando. Su vida es el fútbol y según relató Freddy, su sueño era que alguno de sus hijos fuera profesional: “Yo intenté llegar al fútbol profesional y no lo logré, entonces en el barrial estamos emocionados. Mis hijos también intentaron, sufrimos mucho. Con el mayor alcanzamos la segunda categoría, pero es muy duro, incluso porque hay mafias que si no se paga no hacen debutar a los jugadores”.

Pero en el barrio no hay quien los detenga y en los ocho años que han estado vinculados al Deportivo Juvenil han dejado ver su gran talento. “Esta final, con semejante nivel, no le pide favor a nadie”, dice con orgullo Freddy, que además presume a sus hijos, que hasta el final “dieron todo, marcaron, dejaron el alma, sangrando el uno, golpeado el otro, pero siguieron”.

Al final, la familia entera posó para EXTRA con la madre todavía emocionada por finalmente haber alcanzado a llegar al partido, pues se encontraba trabajando en su peluquería y tuvo que apurar las tareas para llegar al cotejo, sin sospechar el gesto tan emotivo por parte de sus hijos, pues nunca antes había coincidido su cumpleaños con una final.

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