Es una de las ligas barriales más numerosas de Quito, sin embargo sorprendió ver la cancha vacía cuando se había anunciado la inauguración del campeonato 2024. Pero las madrinas iban llegando del brazo de los capitanes de equipo, perfectamente uniformados. No habría desfile, pero ellos y quienes iban a ser premiados en la ceremonia podían acceder al salón de unos sesenta metros cuadrados en donde se daría oficialmente inicio al torneo.

Resignados, acalorados y algunos molestos, participaron de la elección de la madrina -que tuvo que posar en una aglomeración frente a los jueces-, del mejor uniformado, y también fueron premiados los campeones y goleadores de 2023 en las distintas categorías.

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Todo dentro del salón de la sede social, sin que la mayoría entienda por qué estaban ocupando ese espacio. La cancha la podían haber usado, pero los problemas con el barrio hicieron que los dirigentes decidieran realizar la inauguración así, para evitar la bulla que tanto incomoda al vecindario.

“Lastimosamente hemos tenido estos inconvenientes, no les gusta que esté mucha gente. En años pasados nos sacaron las mallas de la cancha y tuvimos que hacer un trámite para que nos vuelvan a colocar”, contó a EXTRA Héctor Tafur, presidente de la liga Andalucía.

El área, comprendida por las canchas de fútbol y baloncesto, la sede social y una UPC, forma un parque en este sector al norte de la capital, el cual se encuentra rodeado de casas, habitadas en su mayoría por personas de la tercera edad, quienes se quejan de las programaciones.

LOS RECLAMOS

El espacio es del Municipio de Quito que ha otorgado a la liga barrial el uso, sin embargo los vecinos reclaman poder realizar otras actividades, además de administrar la sede social, que al momento lo hace la organización deportiva.

A este conflicto se suman las molestias que sienten los habitantes en relación a las programaciones de fútbol. Según contaron a EXTRA dos servidores policiales de la UPC, las quejas son frecuentes a través del chat que ellos manejan, pues hay partidos de lunes a domingo, ya que esta liga barrial tiene el lema del ‘deporte todo el año’, ya que solo detienen el torneo en feriados.

Así, los cotejos muchas veces se extienden hasta las 23:00 horas, causando quejas por el ruido en horario de descanso, sin contar con los deportistas que a veces alargan la jornada entre copas y música desde los vehículos.

HAY SANCIONES

Tafur es consciente de la situación y en el inicio de su gestión al frente de la liga, asegura estar retomando diálogo con los vecinos, además que detalla las medidas que han tomado para atacar estos problemas.

“Si alguien está con licor en la cancha, debe pagar 20 dólares y si son reincidentes suben esos valores. Además, programamos los partidos de las categorías más jóvenes lo más temprano, dejando a los mayores a última hora, porque entendemos que ellos no se quedarán alargando la jornada después del fútbol”, detalló.

Dentro de su plan de trabajo tiene previsto la colocación de sistema de vigilancia por cámaras para identificar a quienes falten a las normas y apoyar a la seguridad del barrio, en donde últimamente se han incrementado los asaltos.

Para el dirigente, además, es prioritario reconciliarse con los vecinos, pues dice que esta ruptura ha retrasado la posibilidad de recibir apoyo para el césped sintético de la cancha, pues se siguen jugando sobre tierra, algo que también ocasiona molestias, pues los vecinos sufren la polvareda.

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