Su amor por Aucas hace que Jenny Patricia Quiroz camine, corra y trepe de un bus a otro cada fin de semana que su equipo juega en Quito.

Como fiel hincha, ella no le para bola a los obstáculos. Desde su casa, en la cooperativa Doña Ana, barrio del acantilado en el sector de Guayllabamba, camina 25 minutos para tomar un bus rumbo a Carapungo; hasta allí son otros 25 minutos de viaje. Después se queda en Guajaló y toma otro carro que se hace 50 minutos más y le toca caminar de nuevo unos 20 minutos para arribar al estadio Gonzalo Pozo, donde hace de local el equipo oriental.

Todo ese periplo lo hacía en silencio y cargada de su ‘guagua’ en brazos, hasta que un festejo suyo en las gradas se hizo viral y pasó a ser la hincha más famosa del Aucas en la segunda etapa.

“Mis amigos me dicen que vivo demasiado lejos, pero por el Papá vale la pena. El amor por este equipo lo heredé de mi padre, quien era auquista, pero Dios se lo llevó y no pudo vivir en la tierra esta locura de jugar la final”, expresa Jenny, quien tiene entre los recuerdos del Aucas la foto de Enrique Germán Quiroz, su amado padre.

La partida de su ser querido le afectó mucho y ahora que vive la fiesta de la final dice que se imagina cómo él disfrutaría ver a su equipo.

Explica que el hincha de Aucas es especial, debido a que siempre ha estado en las buenas y malas con el equipo, incluso cuando ha tocado bajar de categoría. “¿Entonces, cómo dejarlo ahora que va a jugar una final en la serie A?”, dice emocionada.

DE TODO

En su casa tiene todo del Aucas: camisetas, gorros, bufandas y una gigantografía con la foto de su padre. Además, cuando don Enrique partió de este mundo se llevó una banderita de su querido equipo.

“Estoy segura de que mi papito nos ayuda a rezar desde el cielo para que todo nos salga bien y también hace barra desde arriba”, manifiesta la fanática.

Las lágrimas en un hincha de Aucas siempre han estado presentes, debido a que no han existido años de gloria en la serie A. “He llorado por mi equipo en las malas y porqué no ahora, pero de mucha alegría por la final”.

Aclara que no le gusta hacer apuestas, ya que tiene la creencia de que eso trae mala suerte. “Ya han venido hinchas de Liga de Quito, Barcelona, El Nacional, para que hagamos apuestas de varias cosas, he dicho que no, porque nadie sabe qué pueda pasar después”.

Jenny es madre de Adeline Remache, Cris y Darlita, y a ellas les dice que el 2022 es el año del Ídolo del pueblo, porque será campeón el 13 de noviembre.

SUS MIMADOS

Uno de los mejores días de su vida fue cuando conoció a la plantilla del Aucas, lo cual considera un regalo de Dios adelantado por Navidad. “Conocí a todos los jugadores, tengo fotos de cada uno y también la camiseta firmada”, dice como para sacar ‘pica’.

La fiel hincha cuenta que les dio bendiciones a todos los jugadores, que fue un gusto conocer a César Farías y un lujo conversar con Víctor Figueroa, a quien le pidió ser campeón. Y con Roberto ‘La Tuka’ Ordóñez hizo una oración.

Jenny espera que su equipo saque puntos en el Monumental y para el partido de vuelta en Quito. Ella no se complica con esas casi cinco horas entre ir y venir que se hace viajando... todo con tal de ver a su Aucas del alma.