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Los hinchas intentaron saltar la cerca de alambre para estar cerca de sus ídolos.Fotos: Álex Lima / EXTRA

Lo que hacen los hinchas en la pretemporada de Barcelona

A pesar de que no podían estar presentes, se las ingeniaron para verlos. Solo les faltó la foto.

La COVID-19 vino a cambiar todo.En enero del 2020, los hinchas de Los Bajos y más recintos que están cerca del complejo de Galácticos, en el cantón Montecristi, veían cómo entrenaban sus jugadores favoritos. Les cantaban y hasta se tomaron fotos con ellos. Pero un año después todo eso está prohibido por culpa de la pandemia.

Sin embargo, el amor al club puede vencer todo obstáculo y hasta romper las reglas.

Fueron unos 12 hinchas de Barcelona que no llegaron por la entrada principal, lo hicieron por un camino con lodo y piedra. Arribaron y esquivando el cerramiento con alambre de púas, se acercaron a la cancha. Desde el otro lado les dijeron que no podían estar en ese lugar, pero los hinchas no se hicieron problema, caminaron hasta donde estaba el límite. Volvieron a esquivar los montes y lodo.

José Cedeño dijo que era el líder de la barra amarilla, del sector Bajos de la Palma. Esta vez cantaban desde lejos el tema que dice “como no te voy a querer”. Pero de seguro que en la cancha no los escuchaban, eran unos 300 metros o más que los separaban.

La distancia no les importaba. Víctor Cabeza, otro hincha, se lamentaba porque no podía tener fotos con Bruno Piñatares.

Hinchas como Robert Merchán, Jair e Ítalo Araque, desde lejos trataban de identificar a los nuevos jugadores amarillos.

“El año pasado había policías, pero ahora no. Lo turro es que no podemos acercarnos a verlos, pero son las reglas, igual vamos a seguir viniendo para apoyar al Ídolo”, decía Robert Merchán.

EN BICICLETA

Llegaron sudados, habían pedaleado unos 25 minutos por un camino alterno, pero Bryan Quijije, de 19 años y de profesión barbero, quería una foto con Damián Díaz, y Jesús Lucas, también de 19 años, soñaba tener una selfie con Byron Castillo. Tampoco lo pudieron hacer.

Pero se fueron alegres al ver aunque sea de lejos a su Barcelona, por ahora su amor escondido en medio del monte y el lodo. Todo por culpa de la COVID-19.