La postal de Haidar Zúñiga en el aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Quito, con una maleta personal y otra para su bicicleta, fue motivo de orgullo para Mauricio Zúñiga, su padre. El joven ecuatoriano, de 17 años, viajó a España hace pocos días para integrar el equipo junior de Talavera de la Reina, agrupación que se desarrolla en una localidad de Toledo, al sur de Madrid.

Aunque serán unas pasantías por seis meses, el que se hayan fijado en el ciclista quiteño ya es un primer paso que los invita a soñar y a recordar otra carrera que ya ganaron años atrás, cuando después de una larga espera llegó el trasplante de riñón que le salvó la vida a Mauricio y que marcó el inicio de su hijo en este deporte.

“En el 2018 yo quise rendirme, estaba grave porque me estaban haciendo diálisis con un catéter yugular y en un momento de trance en el quirófano, cuando ya empecé a ver a mis abuelos muertos, apareció también mi hijo, pero lo vi con un balón”, recuerda el padre charlando con EXTRA.

Sí, Mauricio había presionado a Haidar para que sea futbolista. Lo llevó a probarse en Aucas y empezó a entrenar en las formativas porque, de hecho, tenía condiciones, pero hoy cuenta el joven que el fútbol lo aburrió: “Los entrenamientos eran siempre los mismos, no me sentía retado por nada”, dice Haidar, quien paradójicamente recuerda que un dirigente de los Orientales le regaló una bicicleta donde empezó a cogerle el gusto al deporte.

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Un 18 de enero de 2019, después de siete años padeciendo por la enfermedad, el padre del ciclista fue trasplantado y ambos se metieron de lleno el mundo de dos ruedas.

“Hoy, pensándolo bien, creo que yo tengo este riñón para él (por Haidar), el riñón fue para esto (el ciclismo)”, acota Mauricio.

En 2019, Haidar empezó a entrenar formalmente con los prejuveniles de la Concentración Deportiva de Pichincha, donde le entregaron una bicicleta especial para sus entrenamientos. En una de sus primeras salidas a la ruta se convenció de que había llegado para quedarse.

Dentro del grupo de ciclistas jóvenes aparecieron buenos talentos que, de la mano del entrenador de Pichincha, Ernesto Valdez, empezaron a mostrarse fuertes a nivel nacional. Ese grupo se organizó y junto con los padres formaron el Team Solo Pedal hace tres años.}

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Con el equipo conformado han podido gestionar algunos auspicios y abrir puertas en el Viejo Continente, puntualmente en España, a donde irá Haidar para correr en el equipo junior Talavera de la Reina, en Toledo, al sur de Madrid. El plan inicial es cumplir una pasantía de seis meses, pero a sus 17 años Haidar se plantea llegar a la élite. Sabe que es un gran momento para mostrarse en Europa, pues a inicio de año logró el subcampeonato nacional de ruta juvenil. Y le sacará provecho.

“Yo a veces siento que le estoy devolviendo la felicidad (a su padre) que él me dio de chiquito, incluso cuando estuve cuidándolo; creo que ha sido una historia de superación como familia”.

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