Exclusivo
Deportes
Fútbol barrial: Otavalos 'reinan' en el Tingo
Intiñan, un equipo fundado por jugadores oriundos de Otavalo, goleó y se quedó con el título de la Liga Barrial.
Justo en el mes de su décimo aniversario y en la segunda final disputada en su historia, Intiñan, un equipo creado por otavaleños, se quedó con el título en la liga barrial San Pedro de El Tingo, en el Valle de los Chillos, al este de la capital.
Fue en el 2004 cuando Luis Pueres decidió formar un equipo en el barrio al que había llegado tras dejar su comunidad, Padre Chupa, en Otavalo.
Lea también: Fútbol barrial: Buen físico de los campeones
“La idea en los primeros dos años fue que el equipo sea solo de indígenas otavalos, solo jugadores con trenza”, cuenta el fundador a EXTRA, pero lamenta que no pudo mantenerse así la tradición porque no eran suficientes los jugadores e incluso muchos jóvenes ya no han querido mantener el símbolo en su cabello.
Eso hizo que ampliaran a otros vecinos que habían llegado también de su tierra, aunque son mestizos. Ahí se unió Alfonso Perugachi, quien se comprometió con el equipo y gestionó el auspicio de la empresa textilera donde trabaja, de la que, de hecho, han salido varios de los jugadores que hoy conforman Intiñan.
A LA CANCHA
Fue inevitable, el domingo 18 de febrero, cuando el cuadro de Otavalo ya ganaba 5-0 a Aceroscenter, mirar el ingreso de Orlando Panama, quien juega pocos minutos, pero es fundamental para el equipo.
Lleva su trenza con orgullo, así como la camiseta del cuadro otavalo, al que llegó con 22 años. Una década más tarde, se ha vuelto ya un dirigente, pues asiste a las reuniones en la liga barrial, firma actas, comunica de horarios, etcétera.
Su anhelo es que el equipo nunca pierda su identidad con el pueblo indígena otavalo, porque así nació. Por eso, cuando esta temporada debió buscar un juvenil, no dudó en llamar a su vecino Neymar.
Con 14 años, lleva el nombre y juega en la misma posición del famoso futbolista brasileño, que estaba de moda en la época en que él nació. Pero lo que es motivo de orgullo es que, a pesar de su juventud, ha decidido guardar la tradición y usa su trenza distintiva.
El joven Neymar no pudo jugar ni un minuto en la final, por eso estaba decepcionado, aunque entendió que se trataba de un duelo complicado. Aún así, cambió su gesto por una sonrisa al recordar que aportó cuatro goles en este torneo y que habitualmente juega un tiempo en cada partido.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!