La manicura cuesta, así que hay que cuidarlo. Y también evitar rasguñarse al calor del peloteo. Eso bien lo saben las chicas a quienes les gusta el fútbol. Por eso, en los juegos femeninos del fútbol barrial llama la atención ver a varias jugadoras portando guantes, en especial en días soleados.

Esta prenda se ha convertido en parte del uniforme y es la última en colocarse tras entregar el carné al vocal, previo a saltar a la cancha. Su utilización es parte del reglamento en varias ligas y su uso es obligatorio para quienes tengan uñas largas con el fin de evitar que en los contactos aruñen a las rivales.

Es por eso que los vocales revisan las manos de las jugadoras antes de autorizarlas ingresar al campo de juego. Las futbolistas confiesan que no les molesta llevar guantes y que les parece una buena medida de protección.

Es el caso de Elizabeth Vizhñay, del equipo Fénix, de la liga La Comuna, al norte de la capital. “Ya tenemos la costumbre de tener los guantes, de esta forma se evita aruñarnos cuando disputamos el balón, me parece que es algo muy bueno”, afirma la volante, que lleva seis años jugando fútbol barrial.

Ella buscó una prenda con la imagen del muñeco de nieve Olaf, personaje de la película Frozen, que dice es su favorito. Y para su suerte los encontró en color rosado, para que combinen con el uniforme de su equipo.

CUIDAR EL GUSTITO

Los guantes también les permiten “cuidar la inversión” que realizan en manicura y tener sus uñas largas, coloridas o con diversos diseños, por mucho más tiempo.

Elizabeth, quien es estilista, cuenta que unos 15 dólares cuesta el arreglo de las uñas. Es la encargada de los diseños que llevan varias de sus compañeras y está atenta a que lleven los guantes para que no se dañen sus creaciones.

“Un golpe puede partir la uña y se debe hacer un retoque. Por eso cuidamos al máximo las manos, nos gusta tener las uñas largas. Es bueno que ahora no sean una barrera para jugar fútbol”, detalla Vizhñay, quien se dedica al corte de cabello y manicura de lunes a viernes.

El fin de semana, el fútbol es su momento para dejar atrás la rutina. Además de jugar en Fénix, milita en dos equipos más del norte, donde brilla por su habilidad con el balón y por sus goles, y disfruta de la unión que caracteriza al deporte barrial.