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Fútbol barrial: La fiesta fue hasta San Lunes
El equipo se coronó bicampeón de la Liga La Bota al vencer 2-1 a Andrés. Los ‘expertos’ en festejos son conocidos por sus celebraciones de varios días
En La Bota, al norte de la capital, ‘La familia San Lunes’, es conocida por alargar sus celebraciones hasta el primer día laboral de la semana. Así lo cuenta Carlos Carcelén a EXTRA, tras ganar el campeonato en la liga barrial de este popular sector de Quito, y agrega que una parrillada entre ellos puede empezar el sábado, pero acabar el lunes.
Eso mismo pronosticó el arquero que sucedería después del triunfo que consiguieron en la final ante unas 400 personas en un emocionante partido que requirió, además de dos golazos de Christian Barahona, su temple en el arco para aguantar el embate rival y evitar al menos tres ocasiones muy claras.
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Al final, el golero sacó a lucir su experiencia, pues Carlos hizo sus formativas en El Nacional, entre 1998 y 2002, y después pasó por algunos equipos de Segunda Categoría como Valle del Chota, América, Colegio de Liga. Acabó su ciclo profesional en la UTE.
Con 42 años, su aporte en el arco es fundamental para San Lunes, que de hecho alcanzó esta final por tres atajadas de Carcelén en la tanda de penaltis ante Revelación.
Todos esos minutos en su carrera se reflejaron en el tramo final de la definición ante Andrés, el equipor rival. Esa tensión de los últimos minutos se sintió más en las gradas, en donde la barra de San Lunes padeció cuando sus jugadores lucían desconcentrados y parecía que se firmaba el empate.
Desde la tribuna, el clan familiar conformado mayormente por los Carcelén, Ogonaga y Carabalí, logró revertir el ánimo de los suyos y celebraron eufóricos cuando Ronald Carabalí robó un balón para entregarlo a Barahona, quien se escapó por la izquierda y con un remate cruzado marcó el 2-1 definitivo ante Andrés.
Ni bien el árbitro pitó el final del partido, todo San Lunes saltó a la cancha, botella en mano, a festejar, aunque primero tuvieron que calmar a su anotador, Barahona, que había entrado en una disputa verbal con un rival por poco acaban a los puños.
Pero la cancha finalmente no se ‘ensució’ y a ritmo de ‘bomba’ (baile tradicional afro) se armó el festejo entre todos, recordando que el fútbol es fundamental en La Bota, un barrio marcado por la delincuencia.
HOMENAJE A SU PRIMO
En el equipo vicecampeón, Alejandro Bolaños generó admiración al demostrar un altísimo nivel técnico a pesar de ser amputado. Perdió su brazo derecho a los 9 años cuando recibió una descarga eléctrica al topar un cable de alta tensión mientras intentaba rescatar un globo.
Además de su gran técnica, Alejandro dejó una muestra de entrega ejemplar. Jugó este partido pensando en su primo Andrés, nombre que lleva su equipo desde hace cinco años, cuando quien fue su inseparable en el fútbol se quitó la vida, dejando una profunda tristeza en la familia, y a él, sin socio en el ataque.
“Con mi primo quedamos campeones varias veces. Él era mayor, pero siempre, desde niños, jugábamos fútbol. No sé ni desde cuándo, eso ya vino en nosotros”, recuerda.
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