Exclusivo
Deportes

Erwin Ramírez y su paso por varios equipos del Ecuador.Arte: Teddy

Erwin Ramírez, una vida de película

Tenía 16 años cuando debutó con el D. Quevedo. Fue mundialista de  Canadá en 1987.  Estuvo en malos pasos y sus amigos lo ayudaron a salir.

Erwin Ramírez tiene todos los elementos para realizar una película o una serie. Fue mundialista cuando tenía 16 años, en Canadá 1987. Luego pasó a la Tricolor de mayores, donde era el más ‘pelado’.

Cuando estaba en la cima, el mundo de las drogas se le cruzó en su camino. Pero un día, mientras andaba por las calles de su querido Quevedo, sin rumbo, sin tener dónde ir, sus amigos lo ayudaron a salir de ese infierno. Nunca olvidará cuando el exjugador Byron Tenorio hizo las gestiones para llevarlo a un centro de rehabilitación.

En 1998 lo perdió todo por el vicio de la droga. Pero regresó al fútbol con el buzo del Macará y luego en el 2003 fue campeón con Liga de Quito.

Es uno de los pocos goleros que se ha dado el lujo de tapar en los grandes: Barcelona, Emelec y Liga de Quito. Jugó, en total, en 15 elencos. En el 2009 le dijo adiós al fútbol.

Ahora ha emprendido una escuela de arqueros en Quevedo, donde la meta cercana es darle al país goleros de calidad. Allí también aconseja a los jóvenes andar por el camino derecho.

Es empresario, tiene una discoteca. A sus 48 años habla con EXTRA sin tapujos.

¿Cómo está Erwin Ramírez?

Bien, gracias a Dios estoy tranquilo en mi Quevedo. De aquí salí a los 16 años al Green Cross de Manta y regresé cuando me retiré de las canchas.

Erwin Ramírez y su escuela de arqueros en Quevedo.Cortesía

Una carrera larga en el fútbol.

Debuté a los 16 años en primera categoría, en el Deportivo Quevedo. Claro que en el inicio me golearon 5-2, eran unas fieras que hicieron su domingo conmigo. Recuerdo todavía esos goles: Fiera Baldeón, Ermen Benítez, Pazmiño y otros cracks.

¿En qué momento lo vio Dussan Drascovik?

Venía de estar en la primera selección que había clasificado a un Mundial de Fútbol, ese fue el comienzo, estuve en todas las sub. Hasta que llegó Dussan y pidió que como portero juvenil pase a ser el tercer arquero de la Tri.

Pero pasaron cosas raras, Víctor Mendoza era el titular y se lesionó. Me tocó pelear el puesto con Carlos Enríquez, luego terminé siendo el principal. El profesor Dussan confió en mí. Todos creían en lo que podía hacer, como Aguinaga y Carlos Muñoz.

Claro que pagué como novato con el gol de Anthony de Ávila. Era en la Copa América de 1991, tenía 19 años.

Erwin Ramírez, un arquero que hizo historia en el fútbol ecuatoriano.Cortesía

¿Era el menor de toda la selección?

Era el más pelado, y hasta ahora me llevo bien con la mayoría de esa selección, porque me llaman para jugar con los excracks.

¿Dussan destacaba su salto?

Él vino con una metodología diferente, veía la genética de la gente afroecuatoriana y nos dio la oportunidad. Te pongo un ejemplo, a Máximo Tenorio lo fue a ver a Loja, luego se vieron los resultados.

¿Qué tal decirle a la familia que estuvo en los grandes equipos de Ecuador?

Es un buen detalle, la gente siempre me pregunta cómo la pasé en esos equipos. Pocos han estado en Emelec, Barcelona (en Copa Libertadores) y Liga de Quito. Lo mejor que deja el fútbol son las amistades. Jugué en muchos elencos y nunca olvidaré mi paso por los dos equipos de Manta y los de Ambato.

Con su hijo Erwin Jr que le sigue en los pasos del fútbol.Cortesía

Mi trayectoria fue muy buena.

Unos años durísimos que le costaron lágrimas por andar en malos caminos, ¿de eso qué queda?

Fue horrible. Ahora lo puedo decir de manera tranquila, pero esa fue una etapa de mi vida preocupante. Caí en el mundo del alcohol y las drogas, estaba equivocado. Ya tengo 22 años sin consumir y estoy limpio. Ahora soy un ejemplo de que pude salir de ese infierno, cualquiera puede hacerlo. Tuve mucha voluntad. Veo el pasado y digo: ‘gracias Dios por sacarme de eso y hacerme una persona de bien’.

Todos están cuando las cosas funcionan bien, ¿pero quién le dio la mano para salir de ese mundo?

Hay una persona a quien le debo mucho, un compañero del fútbol y la vida que me dio la mano. Hablo de Byron Tenorio, un crack que ahora vive en Estados Unidos. Él junto a Dragan Miranovick, Rodrigo Paz y Jorge Manzano me ayudaron.

Byron Tenorio hizo las gestiones y luego el resto fue mío. No tenía dinero para ingresar a un centro de rehabilitación, pero ellos me auxiliaron. Ahora mi familia está tranquila porque sabe que superé esas adicciones.

3 camisetas de los llamados grandes del Ecuador vistió: Barcelona, Emelec y Liga de Quito.

¿En qué momento dijo ‘basta de esto que no es para mí’?

Cuando me encontré en las calles pidiendo plata, ahí dije basta. Pedía dinero a los desconocidos. Además, tenía la rodilla hecha pedazos.

Fue cuando me lesioné en Espoli en 1998 y estuve a punto de perder esa parte de mi cuerpo.

Un mundialista en las calles.

Parece mentira, pero me sucedió, pedía plata, la gente de Quevedo me vio en 1998. Caí bajo y no quería saber nada, luego en 1999 me llamó el entrenador Carlos Sevilla para ir al Macará, donde los hermanos Salazar fueron una tabla de salvación. Ellos me dieron la mano y no les fallé, después nos compró Liga de Quito junto al Pato Urrutia y quedamos campeones en el 2003.

Después de estar en ese mundo y haber salido victorioso, ¿Erwin Ramírez qué les puede decir a los chicos para que no se desvíen?

A veces la mente te funciona para cosas malas y por eso es importante estar siempre ocupado para que ningún pensamiento erróneo te ronde.

Los niños y jóvenes saben que el fútbol puede ser una profesión rentable y sobre todo que sean personas de bien. Nunca deben andar en malos pasos.

La idea es poder sacar un arquero desde Quevedo para la Tricolor.Cortesía

¿Ahora está con una escuela de arqueros?

Esa es mi meta, sacar buenos arqueros de este sector, esto es una mina de jugadores. Por ahora estoy solo en el proyecto. Acuérdense lo que les digo, de aquí saldrán guardametas para las selecciones. Les enseñaré los trucos para que les vaya bien.

Tengo 16 niños que son arqueros, acá el trabajo es diferente, se lo hace de manera personalizada, con mi experiencia en el arco trato de darles a ellos todo lo que sé.

Ahora solo tengo el apoyo de los padres de familia, unos amigos me han dado algunas cosas, pero sé que en cualquier momento aparecerá alguien para apoyarme más. Mis entrenamientos son en la cancha de Los Almendros, en Quevedo.

Su hijo, Erwin Ramírez, Parra, de 20 años, le sigue los pasos.

¿Y su hijo también es arquero?

Tengo cinco retoños. El mayor es carrilero por derecha y juega en el Venecia de Babahoyo. Espero que el próximo año salte a un equipo de primera.

¿Usted conserva a sus amigos?

Eso es lo mejor del fútbol. Ellos siempre están presentes.

Y con la discoteca ¿qué pasó?

La Niche salsoteca todavía está, esperamos que pase lo de la pandemia para volver a trabajar. Además, tengo a Niche espectáculos, que me sirve para eventos artísticos. La idea es ganarse la vida, pero esto del coronavirus nos ha dejado mal a todos, hay que tener mucha fe para salir adelante.