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Delfín nada en aguas turbias
Guillermo Sanguinetti aseguró a diario extra que existieron “ofrecimientos que nunca se concretaron” a sus jugadores, algo que le molestó. Silva vio el partido desde una suite, junto a un empresario, y no se acercó al plantel.
El gesto desafiante que Guillermo Sanguinetti lanzó hacia una suite del estadio Jocay no fue para Francisco Silva, quien estaba suspendido por indisciplina en Delfín, cuando perdieron la final ante Emelec en Manta. El propio técnico lo negó a este diario y aseguró que tampoco buscaba a un hincha.
Según investigó este diario, el reclamo del estratega, en el que abre sus manos simulando tener una barriga grande, habría sido para el empresario Eduardo Díaz, quien vio el duelo junto al defensor paraguayo el pasado domingo.
Cuando culminó el cotejo que hizo campeón a Emelec, Sanguinetti se viró hacia la parte alta de la tribuna y realizó aquel ademán hacia donde estaba Silva. El director charrúa charló ayer con este periódico mediante una llamada telefónica y explicó la polémica.
“Es mentira, ese gesto no fue para Francisco Silva, tampoco para un hincha. Es un problema particular de nuestro cuerpo técnico con otra persona”, dijo el director técnico charrúa, quien además concretó su continuidad en el Cetáceo para 2018.
Cuando se le preguntó por los rumores que vinculan a Pedro Ortiz y a Silva con el Bombillo para la temporada próxima, especulaciones que vienen desde antes de las finales, Sanguinetti dijo que le han molestado “la existencia de ofrecimientos que se han dicho y nunca se concretaron”, algo que desconcentró al equipo finalista.
Aquello fue algo que le causó enfado, pero no cree que influyó en el rendimiento de la plantilla en los duelos decisivos. “Emelec nos ganó bien en la cancha”, admitió, recordando que otros jugadores sí cerraron su salida.
“Lo de Chancellor y Cangá no me molesta, porque eso es algo concreto, algo lógico”, indicó sobre la salida del venezolano a un club ruso y la transferencia de Marcos Cangá a Independiente del Valle para el año siguiente.
Por su parte, para referirse al tema, el presidente de Delfín, José Delgado, aclaró que Silva y Ortiz todavía pertenecen a la institución, pues ambos tienen contrato vigente hasta diciembre de 2018.
El equipo manabita analiza la continuidad del zaguero paraguayo nacionalizado ecuatoriano, tras el conflicto disciplinario. “Hay cosas que internamente me molestaron mucho en estas semanas. Uno trata de preparar los partidos en la cancha, uno trata de trabajar, pero evidentemente hubo cosas que no estuvieron bien para hacerlo”, agregó Sanguinetti.
“Nos defraudó”
El jugador Roberto Ordóñez reprochó el actuar de Silva, que ha decepcionado a sus compañeros, según la Tuca, quien tampoco reveló qué hizo su compañero. “Lo de Silva nos defraudó a todos. Estoy sin palabras, se van a dar cuenta en el transcurso de las horas qué pasó. Cada uno decide lo suyo, pero nos costó y dolió mucho lo que pasó de parte de él”, dijo el delantero guayaquileño ante los medios de comunicación luego del enfrentamiento ante los azules.
Sin embargo, un jugador del Cetáceo, cuyo nombre se reserva este diario, catalogó de “desleal” lo que hizo el excapitán de Delfín. “Nos traicionó a todos”, contó, sobre este grave conflicto.
Inesperado
Sin duda que lo sucedido en ambas finales ante Emelec fue un punto negro en la gran campaña de Delfín, y no solo por el rendimiento deportivo. A mitad de año, cuando EXTRA visitó el complejo de Los Geranios para observar las prácticas del cuadro revelación, Francisco Silva era la voz de mando en un elenco marcado por la hermandad y unión.
Aquello no se vio en las últimas semanas, en las que además de recibir goles a causa de errores propios a balón parado —virtud de la que presumía Delfín— la concentración fue agrietada por un hecho indisciplinario que aún no se aclara del todo. En el grupo, por ello, hay un gran enfado.
Lo que sí está confirmado es que el jugador mantiene dos años más de contrato con el Cetáceo. La intención es negociarlo, ya que Sanguinetti, que dirigirá al plantel la próxima temporada, terminó muy molesto con su accionar, así como la mayoría de sus compañeros del equipo.
De hecho, el jugador ni siquiera bajó a recibir la medalla de subcampeón en el Jocay, no pasó por el vestidor y en la noche no estuvo presente en la fiesta que organizaron para festejar el vicecampeonato. Se mantuvo en la suite de la parte alta de la tribuna, donde cabizbajo observó cómo sus compañeros eran derrotados por el Bombillo.
Este diario se contactó con el zaguero durante el día de ayer para obtener su versión de estos problemas, pero no contestó ninguna de nuestras llamadas ni mensajes de Whatsapp.