Tras haber jugado en segunda categoría junto a Francisco Cevallos, en Molinera, Carlos Luis Ortega, con su título como licenciado en Cultura Física, cumplió con su sueño de estar al frente de una escuela de fútbol. Y aunque Semillitas no es suya, la siente como tal porque ha sido la cuna de niños y jóvenes con buen potencial para el balompié.

“Yo he formado chicos como Fernando Gaibor. Lo tuve desde los 5 años hasta los 15 en que salió a la selección de Los Ríos y luego pasó a Emelec”, recuerda el orgulloso entrenador.

Su compañera de fórmula, Jahaira Rodríguez, no solo es su pareja sentimental, sino que, además, en los casi 22 años de matrimonio ha sido su complemento en el ámbito de la formación deportiva.

Mientras él les da indicaciones a los muchachos que están en la cancha, ella observa, analiza y comparte estrategias con los que están en la banca para poder salir victoriosos del encuentro deportivo.

La pasión por el fútbol se evidencia cuando “el dúo dinámico” se alista para enfrentar al equipo rival. Más allá de indicarles lo que tienen que hacer en la cancha, aconsejan a sus chicos para que se diviertan y disfruten del encuentro.

“Es que nosotros les inculcamos valores. El respeto y la humildad es algo que no puede faltar para que, cuando ya estén en la cima, sean buenos deportistas y buenas personas”, dijo Jahaira.

EL TIEMPO

Ella divide su tiempo en las mañanas como docente y en las tardes como entrenadora, junto a su esposo. La escuela de fútbol Semillitas es municipal y los gastos de logística son asumidos por el Cabildo de Montalvo, en Los Ríos.

Desde esa trinchera, esta pareja de esposos ha logrado obtener más de 150 trofeos en campeonatos ganados local e interprovincialmente.

“Nosotros los tratamos como si fueran nuestros hijos”, sostuvo Ortega, en el polideportivo de la Universidad Estatal de Milagro.