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Los Lamborginhi, algo muy común que se encuentra. Esta combinación de placas con puros 8 le costó al dueño cerca de un millón y medio de dólares.Jerson Ruiz

En Dubái, más pequeña la placa, más lujo

Si tiene un solo número puede costar hasta 15 millones de dólares y el dinero va en causas sociales.

Los miras por todas partes y es como si estuvieras en una película del futuro. Hablamos de los megacarros de Dubái, la ciudad de las excentricidades, donde ver marcas como Lamborghini, Mercedes Benz Brabus, Ferrari, Porsche, Rolls-Royce, Aston Martin, Bugatti o BMW es algo normal. Están como si fueran hormigas.

De seguro de que los dueños de estos carrazos se sienten orgullos al mostrar de lo que son capaces.

El Dubái Mall, tanto en su parte principal como la interna que da al lago de las aguas bailarinas, es el sitio donde se puede apreciar por muchas horas estas ‘humildes naves’.

Los lujosos carros fuera del Dubái Mall para que la gente se tome fotos.Jerson Ruiz

De un Lamborghini Aventador, color negro, se baja un emiratí de lo más normal y lo estaciona donde no debe. Hay un parqueo para 5.000 vehículos en ese mall, pero él lo único que sabe es que su carro llama la atención. Y quiere presumirlo.

Bekik es un turco que trabaja llevando carros en el parqueadero, pero el Lamborginhi ni lo toca. Sabe que no debe estar en ese lugar y que recibirá una multa, pero al dueño no le interesa, porque quiere que los turistas y curiosos se den el lujo tomándose muchas fotos.

Es como sacar ‘lámpara’ de una manera diferente. El dueño se va para hacer negocios o tomar un té, mientras su carro anda rodando por las redes sociales de mucha gente.

Tomarse gráficas en Dubái con este tipo de autos es como una religión, las tardes son dedicadas para esto.

El día que estuvimos en aquel lugar vimos un Rolls-Royce, un Mercedes Benz Brabus y un Porsche, uno tras de otro, o sea cerca de dos millones de dólares bien estacionados.

Y cuando un cuidador de carros va a mover el vehículo es un show aparte, le ponen plástico desde el volante, el asiento y hasta al tablero.

LAS PLACAS

El Lamborghini Aventador está por el medio millón de dólares, pero su placa es bien rara, tiene solo números ocho y a decir de Bekik estaba cotizado en cerca de los dos millones de dólares, debido a la placa especial que posee.

Resulta que en Dubái tener una placa muy pequeña es señal de tener más dinero, debido a que la Autoridad de Carreteras y Transporte (RTA) tiene un sistema de subastas de placas. Los árabes pagan millones de dólares por tener las que tienen un solo dígito o combinaciones especiales.

Ojo, tener una placa diminuta es un lujo, pero con un fin solidario, debido a que ese dinero está destinado para obras sociales.

¿Se imagina un carro de medio millón y una placa que cuesta más millones que el mismo auto?

El ejemplo más ‘in’ pasó hace cinco años, cuando el empresario Balwinder Sahni pagó 12 millones de dólares por las placas 5 y 9, para sus dos carros (seis millones por cada una). Sin embargo, Saeed Abdul Ghaffar Khouri es el ‘más duro’ en esto, ya que por la placa con el número 1 llegó a pagar $ 14’500.000.

La novlería de los megas carros en Dubái.Jerson Ruiz

¡Cosas de locos! Los emiratíes le sacan más ‘lámpara’ al número de la placa que al carrazo que tienen, aunque los que al final los turistas buscan el auto más sofisticado para tener la gráfica del recuerdo.

Y como si la placa no es todo, hay carros bañados en oro. ¡Qué locura la de estos árabes, que en realidad no saben en qué gastar el dinero!