Al ver que eso, sus compañeros llamaron desesperadamente a los médicos para que intenten reanimarlo. Por más de diez minutos, los galenos lo atendieron, al tiempo que los seleccionados daneses, entre lágrimas, armaron un muro para impedir que las cámaras capten ese momento.

El impacto de esta imagen fue tal, que en los graderíos los hinchas también empezaron a llorar. Algunos rivales, quienes se alejaron hacia su banquillo, también tenían rostros llenos de preocupación.

Después de algunos minutos, Christian Eriksen fue retirado en camilla, protegido por una cortina de tela blanca y llevado al hospital.

Todavía no existe un informe oficial sobre el estado de salud del jugador del Inter de Milán. De todas maneras, la UEFA decidió suspender el partido.