Roberto Sotomayor, de 60 años, era el entrenador de Filanbanco cuando Christian Noboa era apenas un niño de 8 años. El pequeño futbolista estuvo bajo su tutela hasta los 12 años, y fue en ese equipo guayaquileño que nació una sólida amistad entre el crack y él, su primer entrenador.

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Años después, en la etapa 15 de Villa Bonita, al norte de Guayaquil, decenas de niños entrenan en la escuela de fútbol Zar Christian Noboa. Y a pesar de que Roberto perdió el contacto con Noboa durante sus etapas en Emelec y Rusia, la relación se reavivó en 2020, cuando los hijos del futbolista estuvieron en Ecuador y fueron entrenados por él.

Como un homenaje a la escuela de fútbol, Sotomayor decidió nombrarla en honor a su antiguo pupilo. En esta escuela, niños desde los cinco años en adelante han jugado tanto en Guayaquil como fuera de la ciudad, llevando con orgullo en el escudo de la institución el nombre del jugador que hizo su carrera en Europa.

Sotomayor afirma que la mayoría de chicos aspiran a ser como Christian: “La idea es que los niños del norte de Guayaquil, de todos estos sectores, salgan adelante. Ya somos un centro formativo, ahora queda trabajar y velar por el bien de ellos”, expresa el estratega, quien se encarga de los entrenamientos junto a los profesores Ruth Molina y Sergio Sares.

Destacan jugadores como Iker Rodríguez, de la sub-15, Pablo Sares y muchos otros. Además, la escuela también cuenta con la participación de niñas, lo cual es un punto a destacar.

Ruth Molina, parte de la escuela y encargada de la logística, asegura que contar con el apoyo de Christian Noboa ha sido fundamental para motivar a los pequeños. La influencia de Noboa es tan grande que los pequeños se dedican a ver sus videos y tratan de imitar sus tiros libres, remates al área y goles.

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