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La columna de la ex: Las joyas por la casita
Realidades que salen a la luz de jugadores que son seres humanos como todos.
La que me hizo mi marido con el primer año de sueldo de jugador, es para “matarlo” y no exagero.
Eran los años 2000 y comenzó ganando bien, si digo bien era como 5 sueldos básicos, y estábamos felices.
Antes del primer mes habíamos hecho planes como locos. Desde dejar de pagar el arriendo a mi tía e irnos a comprar una casita.
Con el primer sueldo, arrancaron los problemas, era algo de no creer. No sé qué tenía en la cabeza.
Saben en qué se gastó el 90% del sueldazo que era para nosotros. No se lo gastó, solo lo entregó, porque el tipo ya había pedido 5 cadenas, sí, 5 cadenotas de esas que solo se las veía a los boxeadores. Saben que mi marido estaba ya endeudado por un año con sus joyas.
No lo podía creer, aquel año el sueldo solo alcanzaba para pagar el arriendo a la tía y medio comer, pero él andaba con las joyas puestas.
Fueron meses y meses de pelea, en noviembre me le fui de la casa, ya no soportaba la mala cabeza de él.
Fueron 15 días de problemas en casa, hasta que él me prometió, me juró que desde enero del próximo año todo iba a cambiar, que ya no iba a comprar joyas y que íbamos a comprar una casa.
A decir verdad, eso de que me iba de la casa sí hizo efecto, al próximo año se dedicó a comprar la casa.
Y cambió, no solo que con el pasar de los años compramos una villa, fueron 3 en total, no son las casas gigantes, pero eso nos da para poder comer en la actualidad.
Por cierto, las cosas han quedado, sus joyas son cosa del pasado, las vendió por seguridad.
Ahora da gracias a Dios por el cambio que tuvo, pero al inicio fue un cabeza de “chorlito”.