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La columna de la ex: El emelecista barcelonista
Verdades que salen a la luz después de varios años.
Hasta cuando estaba en un equipo manabita, él era hincha a morir de Emelec. No saben cómo defendía al equipo azul, aunque la verdad su mujer sí era barcelonista, de esas ‘enfermas’.
Él pensaba que los azules algún día se iban a fijar en él. Sin embargo, eso no pasó. Creía que su fútbol no estaba para un equipo grande, pero sucedió lo increíble: una tarde un señor medio gordito y alto, con barba, llegó a Manta y le dijo de frente que lo quería en Barcelona. Él no lo creía, pensaba que todo era una broma o solo un sueño.
El hombre al que no le gustaba nada amarillo, quien defendía a Emelec con todo, iba a ser comprado por el Ídolo del Astillero.
Aquella noche fue de locura. Lo primero que hizo fue borrar todos los comentarios que había hecho en contra de Barcelona en la red social Faceboook. No lo podía creer. El emelecista empedernido se había hecho barcelonista.
Por esas cosas lindas de la vida, de pronto recordó que meses atrás en una entrevista había dicho que su color favorito era el azul y que se había declarado hincha del Bombillo.
Revisó en Internet y la nota seguía ahí. Al otro día buscó al periodista que le hizo aquella entrevista y le pidió de favor que la borre de la web. Le dijo además que cuando vaya a Manta con los amarillos, le iba a regalar la camiseta de Barcelona, en agradecimiento.
Todo salió según lo acordado.
Cuando llegamos a Guayaquil, atrás no solo dejamos a Manta, sino también a Emelec.
Han pasado varios años. Aquel jugador ya salió del equipo amarillo. Le fue bien o, mejor dicho, hizo historia. Ahora se ríe cuando recuerda que se hizo amarillo por amor, fama y dinero. Cosas que pasan en el fútbol.
Por cierto, fue campeón con los canarios.