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Carlos Mina regresó al ring con una victoria
El boxeador, diploma olímpico y medallista mundial, volvió al ring venciendo al hijo de La Bestia Quiñónez, quien fue el único que aceptó enfrentarlo
Con Carlos Mina nadie quería subirse al ring. Los problemas que ha tenido desde que cayó preso en Estados Unidos en 2019, han hecho que se genera muchos prejuicios sobre el boxeador. Los dos años en la prisión dejaron secuelas en su salud mental, incluso llegó a estar extraviado en su retorno al país. Pero lleva entrenando desde 2023 y a la par no deja sus terapias psicológicas.
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Desde marzo de 2023 ha trabajado para volver a competir. De la mano del entrenador Humberto Sosa se reencontró con su boxeo y ambos han estado pidiendo oportunidades, pues en el sistema deportivo todavía hay resistencia respecto a si se podrá recuperar. Incluso ganando un selectivo el 2023, finalmente no le permitieron ser parte del preolímpico en Tailandia.
Tampoco en el ámbito profesional se abrían puertas hasta hace poco, los otros boxeadores no querían enfrentarlo al considerar que “está loco”. Pero eso cambió cuando la propuesta llegó a Diego Quiñónez, hijo de Jaime ‘La Bestia’ Quiñónez. Aceptó la pelea y permitió a Mina tener su debut profesional.
En el coliseo de la Universidad Central, en el centro de Quito, Mina vivió su tan anhelado estreno, frente a unas 400 personas que se dieron cita para una cartelera que tuvo más de diez peleas entre las de exhibición y las profesionales. Salió al ring con un paso lento, fondo musical fúnebre y recorriendo todo el escenario antes de entrar al cuadrilátero.
Allí esperó al Impacto Quiñónez, que puso la fiesta con una entrada a ritmo de rap. Su consigna era “darle una lección de humildad” a Mina. Según relató a EXTRA, el exolímpico había dicho que tuvo un sueño en el que lo noqueaba a su padre, la Bestia Quiñónez. Su hijo sintió que era una falta de respeto con la memoria de quien fue uno de los mejores del país.
Mina y Quiñónez dieron una intensa pelea
Con ese antecedente, el publico y jueces sabían que verían un combate muy bravo y así fue. Los primeros cuatro rounds fueron ‘salvajes’, porque Mina parecía querer dar todos los golpes que no ha podido en cinco años, sin demasiada planificación. Por su parte, Quiñónez sí tenía una estrategia, la de desgastar a su rival, aunque no pudo evitar perder puntos.
En el quinto y sexto asalto se vio mejor el fruto de ese trabajo del Impacto, pues ambos resultaron a su favor. Empezó a sacar sus puños con una gran potencia. Mina no se cubría bien y cuando su entrenador le pedía que no se desconcentre, alcanzaba a reaccionar y lanzar algún golpe al rostro.
En el cierre de la pelea, en el sexto y octavo round, Mina mejoró su defensa y ambos boxeadores repartieron golpes. Se notaba el desgaste físico, pero ambos lograron brindar lo mejor para cerrar un gran velada.
Un emotivo cierre del combate
Los amantes del boxeo disfrutaron el combate, con dos púgiles dejándolo todo. El desenlace resultó muy emotivo. Luego de que los jueces, en decisión dividida, declararan la victoria para Mina, el Impacto le recordó que él no tuvo miedo de aceptar la pelea y que nunca estuvo cerca de noquearlo, como había soñado que hacía con su padre.
Mina, aceptando las palabras de Quiñónez, le agradeció por haber sido el único que quiso pelear contra él y permitirle empezar su camino en el ámbito profesional después de todo lo que ha vivido. Se dieron un abrazo, mientras el publico entre aplausos y arengas, reconocía la tremenda pelea que brindaron.
“Carlos Mina nunca se fue, estaba lleno de esfuerzo. Un diamante al que nadie le quiso dar oportunidad, pero sigo siendo el mismo. Que me den el espacio, yo estoy consciente, activo, con la gente”, afirmó el ganador.
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