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Del barrio al principado gracias al rugby
La escuela Cóndores de Mónaco cambió la vida de menores de los barrios Mena 2 y San Francisco de Miravalle, quienes aprenden de este deporte y los valores que promueve.
Corren felices con la pelota ovalada en sus manos, esa que cuando la conocieron les causó curiosidad. Son los menores que forman parte de la escuela Cóndores de Mónaco, que encontraron en el rugby una herramienta de distracción y de formación en valores.
Este proyecto nació en 2019, con la iniciativa del deportista Said López, quien luego incluso obtuvo el apoyo de una fundación extranjera.
“En países donde el rugby tiene impacto lo empiezan a practicar cuando un niño tiene 6 o 7 años. En nuestro caso tenemos un retraso en la edad en la que las personas empiezan a jugar”, comenta López, quien practica esta disciplina deportiva desde hace cerca de diez años.
Esto le motivó a crear una escuela para que el rugby gane espacio en el país. En ese camino fue clave Andrea Tenemaza, del Ministerio de Turismo, quien indicó que la fundación Princesa Charlene de Mónaco apoya estos proyectos.
Se hicieron los acercamientos, comenzaron a trabajar y dos años después, en junio de 2021, se inauguró la escuela, “que es el primer proyecto de cooperación internacional del principado de Mónaco con Ecuador”, detalla Said.
Uno de los requerimientos en común fue que los beneficiarios sean de barrios vulnerables de la capital. Fue así que tras varios análisis eligieron a la Mena 2 y San Francisco de Miravalle, ubicados en el noroccidente y en el sur oriente de la capital.
“Son localidades diferentes, pero con problemáticas serias. En la Mena 2 reinan las pandillas juveniles y el tráfico de drogas, mientras que San Francisco es un sector urbano-rural que está en el Auqui, una montaña que todo el mundo ha visto, pero a la que no llega transporte público y tiene varias necesidades”, explica.
GRAN ACOGIDA
Por pedido de la fundación europea, los beneficiarios tenían que estar entre los 10 y 12 años, pero esto fue cambiando al ver que los niños de estas edades llegaban con sus hermanos menores. Fue así que entre los 120 integrantes hay alumnos desde los 4 años.
Pese a que se podría pensar que el ser el rugby un deporte no muy conocido en el país sería una limitación se dio todo lo contrario. “Una de las mayores fortalezas es el desconocimiento sobre el rugby, que crea curiosidad no solo en los niños, también en sus padres”, cuenta López.
Tras reunirse con los representantes de los chicos y con dirigentes barriales, a quienes les dieron a conocer las ventajas del proyecto, pusieron manos a la obra y empezaron los entrenamientos.
Descubrieron que en los menores hay habilidades innatas en el tema de velocidad y de evadir a los rivales. También tuvieron que romper los esquemas tradicionales de otros deportes de no botarse en la cancha o de no empujar al rival, creando nuevas costumbres al divertirse.
“Se les enseña a los niños destrezas básicas del rugby, reglas como que el pase con las manos es siempre para atrás, que no se tiene que caer la pelota, como atraparla y las formas de anotación”, indica Said.
Otro punto clave fue darles a conocer que el rugby promueve valores. “Es el único deporte de equipo donde se viven los valores, el principal el respeto, tanto al compañero como al rival. Es una herramienta poderosa para una visión de sociedad, de comunidad en los niños”, enfatiza. Esto lo recalcan antes de cada práctica cuando los deportistas gritan “rugby con R de respeto”.
También han registrado cambios en los alumnos y su entorno. “Los padres nos agradecen porque los niños se desahogan aprendiendo valores y los aplican en los hogares y escuelas”, detalló López.
INVITACIÓN A EUROPA
Cóndores de Mónaco tuvo tal impacto que la Fundación Princesa Charlene decidió ampliar su apoyo para 2022 y, además, invitarlos a un torneo en el principado.
“Nuestro afán no es competitivo, sino recreacional. Pero ante esta invitación nos vamos a preparar para el torneo. Tenemos una calidad alta para una escuela infantil de rugby que lleva poco tiempo”, analiza Said.
A la par se encuentran en la búsqueda de empresas privadas que quieran apoyar esta iniciativa para reunir los cerca de 20 mil dólares que necesitan para cubrir los pasajes aéreos y el tema de visado para la delegación de 12 seleccionados, de 10 a 12 años, y tres personas del staff de la escuela.
También tuvieron un acercamiento con el Ministerio del Deporte y esperan recolectar los fondos para que el 7 de mayo los niños salten a la cancha del estadio Louis II y cumplan su sueño de ir del barrio al principado.
SON LOS INVITADOS DE HONOR
La Fundación Princesa Charlene de Mónaco está contenta con los resultados del proyecto que impulsa en los dos barrios de Quito.
“El impacto que ha tenido en Ecuador ha sido increíble. El trabajo realizado por Huma Rugby y la cantidad de niños que se ha podido ayudar es impresionante. Abre las puertas para desarrollar más proyectos en Ecuador”, comentó Sheramine Beauseigneur, representante de la fundación.
Detalló que Cóndores de Mónaco ha provocado gran interés en el principado y que eso hizo que se los invite para el torneo internacional.
“Ecuador será el invitado de honor, el único país que viene de Sudamérica. Es increíble lo que han realizado en tan solo un año. Normalmente no son invitados en tan corto tiempo de relación, pero se vio ese trabajo, la pasión de Huma Rugby y estamos contentos de poder recibirlos”, resaltó Beauseigneur.