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La tecnología llegó a los barriales de fútbol en Guayaquil.Miki Rodríguez

Barriales de Guayaquil: Un golpe de tecnología en el fútbol

Ahora los árbitros se comunican entre si, es como si fuera fútbol profesional. Una locura en una cancha del sur de Guayaquil

“Aquí lo único que nos hace falta es el VAR, pero el VAR con V, porque el bar con B de burro sí hay”, son las palabras del árbitro Virgilio Chalén en la cancha Renán Olmedo, en la av. 25 de Julio y Perimetral, al sur de Guayaquil. Es domingo y hay fútbol barrial. Juegan 10 de Mayo y Lakers en la Liga Barrial Félix Calle.

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Aquí, el polvo de la cancha sugiere que el tiempo no ha pasado, es igual a cuando se jugaba en los años 80 y 90. Lo que sí tiene otra cara es la apariencia de los árbitros. Esos uniformes de color negro ya son historia; ahora los colores están en su indumentaria, y gracias a las impresiones digitales, hasta llevan los logotipos de LigaPro, FIFA y FEF. Tienen la pinta de árbitros que salen en la televisión.

Se tocan la oreja para comunicarse

Lo que llama la atención es que el juez central, Virgilio Chalén, antes de tomar una decisión se lleva la mano a la oreja y comienza a hablar. Es como si estuviéramos en LigaPro o Copa Libertadores, igualito.

Los árbitros: Virgilio Chalén, de 68 años, Emmanuel Castillo, de 39 años y Holguer Cortez.Jerson Ruiz

Es que la tecnología ha llegado a los barriales; un radio transmisor está en su brazo y un mini micrófono en la oreja. Aquí los árbitros llevan el partido con precisión. Ya no hay que gritar ni andar hablando cerca de las orejas como antes.

“Es una herramienta que nos ayuda, además de dar presencia en la cancha, es otro nivel”, dice Holguer Cortez, quien, mientras actuaba como juez de línea, fue rodeado por jugadores que esperaban que hablara con el árbitro principal, Virgilio Chalén. Pero la discusión fue en vano; ellos ya habían decidido por radio.

Emmanuel Castillo, de 39 años y quien está en su séptimo año como árbitro, comenta que “cada día hay que innovarse, hay que estar con lo último de la tecnología para poder tener un mejor desempeño en la cancha”.

Mientras que Chalén, quien tiene 68 años y 38 como árbitro, recuerda que al principio tuvo sus dudas, ya que nunca había llevado peso en la mano y un micrófono en la oreja, pero ahora, con esa apariencia, no tiene nada que envidiar a los árbitros que aparecen en la televisión. “Se imagina que uno usa poco el teléfono, pero este servicio es como si tuviera una llamada todo el partido”, dice entre risas.

La tecnología ayuda mucho a la hora de dirigir en los barriales de fútbol en Guayaquil.Jerson Ruiz

Los tres están felices de que, por medio de la comunicación interna, pueden tomar decisiones que mejoran el espectáculo en los partidos de la Liga Barrial Félix Calle, donde dirigir es cosa seria, especialmente en jugadas complicadas.

Sobre lo que les hace falta, el VAR con vídeo, se ríen. Chalén dice que en las canchas del sur de Guayaquil lo que más hay son bares. “A veces la gente graba jugadas en vídeo y quiere que tomemos decisiones basadas en eso, pero les decimos que aquí el VAR no es oficial y se molestan o se ríen”, comenta el árbitro.

Los van a traer de la China

Por su parte, Sergio Polanco, dirigente de la Liga Félix Calle y quien es una especie de Miguel Ángel Loor o Francisco Egas en el fútbol del sur, dice sobre el VAR: “Después del partido, la gente se va al bar, pero a refrescar. Creo que con el tiempo también tendremos un VAR, pero a veces lo queremos hacer con los teléfonos de los aficionados”. Explica que se gastó 25 dólares en cada equipo de transmisión, pero que ahora exportarán de China un equipo moderno igual al que se usa en los mundiales y a bajo costo.

Sergio Polanco directivo de la liga Félix Calle, que ha puesto de moda el uso de transmisores en los árbitros.Jerson Ruiz

Albañil, supervisor y DT

Ser árbitros en los barriales de Ecuador es tener una profesión que los hace felices los fines de semana, ya que el resto de los días los combinan con otras labores. Chalén, de lunes a viernes, se dedica a la albañilería; sus manos callosas dan muestra de eso. Pero desde el sábado saca sus tarjetas que dicen FIFA y se pone “peluche” con el traje de árbitro. “Es una profesión hermosa. Me habría gustado hacerlo de manera profesional, pero aquí estoy, a mis 68 años, ejerciéndola”, comenta.

Confiesa que lo que más hay que tener es paciencia con los jugadores, que a menudo llegan con la cabeza caliente en acciones con las que no están de acuerdo.

Emmanuel Castillo es árbitro y supervisor en una compañía, dice que lo más difícil de su profesión en los barriales es controlar el temperamento de los jugadores. “Siempre se les pide que sean educados, pero es una labor que uno debe abordar con concentración. No puedes perder la cabeza por nada, porque luego se arma el problema y hay que repartir tarjetas rojas, lo que tiene un costo para el jugador”.

El fútbol barrial en Guayaquil va tomando nuevo rumbo con la tecnología.Jerson Ruiz

Historias de vida con el fútbol barrial

Holguer Cortez, de 34 años, es entrenador de fútbol. Lleva dos años y medio dirigiendo, y al igual que su compañero, comenta que tratar con los jugadores es difícil y que siempre está tratando de apaciguar los ánimos.

Chalén, el hombre de más experiencia, dice que el secreto es tener paciencia con los jugadores cuando sienten que son perjudicados. “Todos somos humanos, podemos equivocarnos, pero también ellos. Hay que entender que los jugadores llegan a la cancha para sacarse el estrés y la calentura de sus problemas con el juego. Debemos de comprender eso, pero también impartir justicia. Con la llegada de los radios y micrófonos ha sido una gran ayuda”, dice Chalén, quien se declara fiel lector de EXTRA.

Al final, los árbitros nos dicen que si queremos, podemos conocer el BAR que hay en la esquina: se trata de una señora que vende bebidas. “Solo le cambia la letra V por la B y podemos ver los vídeos... pero vídeos de canciones de Karol - G en el teléfono”, dice entre risas.

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