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Gonzalo Mastriani de Barcelona celebra el golazo ante Fluminense.SANTIAGO ARCOS POOL

¡Flamengo, te toca! Atte. Barcelona de América

Los amarillos son una fiesta, están entre los mejores cuatro de la Copa Libertadores.

Amo y soberano del Monumental, ese es Barcelona en la Libertadores 2021 y ahora el aire huele a semifinal y vive un sueño que tiene un camino de 180 minutos para llegar a su soñada tercera final.

Barcelona es la alegría del pueblo, que ahora sueña con eliminar al millonario Flamengo en la semifinal. El 1-1 ante Fluminense, en el estadio Monumental con un golazo de Gonzalo Mastriani, es una alegría gigante para la hinchada que venía siendo golpeada por la COVID-19, por sus deudas, unos por falta de trabajo, pero desde anoche se olvidó de todo y festeja al Ídolo en la semifinal de Libertadores. Así es Barcelona del pueblo.

Hasta antes del encuentro, los brasileños daban por clasificados a Fluminense y decían que tenían cuatro equipos. Barcelona regresa a la esperanza truncada de 1990 y 1998. Los hinchas dicen que ahora es todo.

DRAMA

El 2-2 en Río de Janeiro le dio un aire a Barcelona y que el entrenador Fabián Bustos haga su juego; el primer tiempo tuvo todo el suspenso de un partido de Libertadores, los “casi” goles de Adonis Preciado, las pelotas que se quedaban en los pies de William Riveros y Fernando León, las subidas de Mario Pineida, la magia de Damián Díaz que trataba de sacarla y las pelotas detenidas y las otras que pasaron saludando a Javier Burrai fueron el suspenso. Esos 45 minutos se hicieron eternos, parecían que no terminaban nunca.

DE LOCURA

El segundo tiempo fue de locura, el gol que se “merendó” Fernando León, sí era para gol, pero no fue, luego Damián Díaz también subió la adrenalina. Y cuando se cantó el gol de Perlaza, pero fue por las puras, Nino se quedó con la pelota.

A los 73 una jugada sacada de un libro de fábulas, Hoyos y un centro como con la mano, Gonzalo Mastriani para la pelota, y le da un toque de magia, y goool.

Mastriani pone el 1-0, el jugador levanta los brazos, da gracias a Dios y la fiesta se encendió.

El resto fue drama de los brasileños que no entendían que el Ídolo los dejaba sin nada.

Los canarios al final hasta pudieron aumentar el marcador, pero Nino se quedó con la pelota.

Pero el suspenso estuvo hasta el último segundo, un penal para los brasileños hizo que Fred ponga el 1-1, pero ya no importaba, el tiempo se había terminado, el Ídolo estaba en semifinal.

Barcelona es una fiesta, hoy su hinchada no cree en nadie, están insoportables, están de regreso a las semifinales.

Un golazo de Gonzalo Mastriani hizo la fiesta en el Monumental y el equipo amarillo está con las luces prendidas... quiere final.