Le llaman jerarquía, un atributo que Argentina cultivó y potenció en la última década, que cierra al mando de un joven director técnico que, con el total compromiso de sus cracks, preservó y que al final fueron los diferenciadores en camerino y en cancha.

Scaloni gobernó a figuras hechas y referentes totales para imponer credenciales, entre ellos un agotado Messi, al que abrigó con todo el plantel en pleno respeto y solidaridad; a Ángel el ‘Fideo’ Di María, al bravo Otamendi y a Emiliano ‘Dibu’ Martínez, quien en la cabaña cuidó al cuartel.

Y es que el DT argentino no les sacó su mejor versión con la palabra patriotera, sino en cancha, donde tomó sabias decisiones oportunas que, potenciando a los veteranos de guerra, creó las condiciones para que, en conjunto, hagan historia.

Final de Copa América. Colombia tiró el equipo diez metros arriba y, con James jugando a tope, logró prevalecer en el campo. El DT, entrados los 20’ del primer tiempo, ordenó que los mediocentros por los costados sumen daño en el atrevido esquema norteño: defendió creando.

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Fideo por izquierda y De Paúl por derecha; Colombia asediaba, pero las decisiones de Scaloni restaban eficacia; los volantes centrales Mac Allister y Fernández erosionaron el ímpetu colombiano; sus delanteros no concretaron. Repitieron un desgaste infructuoso.

En efecto, Colombia tuvo el 52 % de la posesión de balón y 7 tiros al arco; Argentina el 42 % y un bombazo directo a puerta. Pero Scaloni sabía de eso; salió airoso del asedio colombiano y, en la segunda etapa, le anularon el gol a Tagliafico. A los 112’ del alargue, Lautaro Martínez, quien entró al cambio a los 96’, puso las cosas en orden (1-0).

Argentina concretó así un bicampeonato y 16 Copas América, mientras que Colombia se quedó añorando su primera y última, de 2001, sin Argentina en cancha. Los de la Scaloneta ratificaron que son expertos en partidos extremos y que derribar al campeón mundial no se logra así no más. Los trayectos pesan. Argentina es campeón ante al mejor equipo del torneo.

Cierra un ciclo dorado y se van sus héroes: Messi (37 años) se rompió dos veces y a los 65’ dejó el césped, reemplazado por Nico González, quien honró la confianza y las lágrimas de su capitán. Di María (36) colgó el domingo los botines y Otamendi (36) seguirá el ejemplo; mientras Scaloni ya centra con evasivas respecto a seguir al mando del barco triunfal.

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