Andrés Micolta, el joven esmeraldeño que alguna vez soñó con un par de zapatos nuevos, hoy es una de las estrellas del fútbol mexicano. Su ascenso ha sido meteórico, pasando de las polvorientas canchas de Santa Rita de Esmeraldas a los imponentes estadios de la Liga MX, Concacaf y jugar ante el Real Madrid, la final de la Copa Intercontinental.

Micolta, quien antes era delantero, no olvida que cuando tenía los zapatos rotos, le tocó colocarse una media por fuera. Aquel día hizo tres goles. Esto se lo contó a EXTRA un día, y se reía de todo lo que le había pasado. Dice que es un agradecido de Dios. 

Nacido Santa Rica, en un pequeño recinto de Esmeraldas, Micolta comenzó a patear una pelota desde muy pequeño. A pesar de las carencias, su talento era evidente. Tras un periplo por varios equipos ecuatorianos, fue en El Nacional donde comenzó a destacar. Su perseverancia y dedicación lo llevaron a México, donde encontró en Guillermo Almada, su actual entrenador, un mentor que creyó en su potencial.

2024 un año inolvidable

El 2024 ha sido un año de ensueño para Micolta. Anotar un gol en el mítico estadio Azteca, coronarse campeón de la Concacaf Champions League y ser convocado a la selección ecuatoriana. Además, la oportunidad de jugar contra el Real Madrid y disputar el Mundial de Clubes del 2025 son hitos que marcarán su trayectoria.

"Es algo maravilloso, fantástico, pero hay que estar con los pies sobre la tierra", afirma Micolta con humildad. A pesar de su éxito, el jugador esmeraldeño no olvida sus orígenes y siempre muestra agradecimiento por las oportunidades que ha tenido.

Una de las claves de su éxito ha sido su versatilidad. Aunque comenzó como delantero, fue Pedro Perlaza quien lo convenció de jugar como defensa. Esta decisión resultó ser acertada, ya que Micolta se convirtió en un defensor sólido y confiable.

La historia de Andrés Micolta es una muestra de que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar grandes metas. A pesar de las adversidades, nunca dejó de perseguir su sueño de convertirse en futbolista profesional. Su ascenso meteórico es una inspiración para todos aquellos jóvenes que sueñan con triunfar en el deporte.

Con apenas 23 años, Micolta tiene un futuro prometedor por delante. Su talento, humildad y perseverancia lo convierten en uno de los futbolistas ecuatorianos más destacados de su generación. Sin duda, seguiremos escuchando hablar de él en los próximos años.

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