Son las últimas horas del Mundial de Catar 2022, ha sido una fiesta con situaciones que podrían nunca más verse, debido a que las próximas citas no serán en Medio Oriente.

EXTRA palpó en Doha las cosas que no se repetirán.

La transportación en Catar, en el sistema de Metro, bus y tranvía, fue gratis, debido a que todo el Mundial en realidad fue solo en una ciudad, Doha. Allí los organizadores se lucieron con el sistema de movilización gigante sin costo alguno durante los días del torneo.

En cuanto a la seguridad, es única en Medio Oriente, nada de robo y cuando las cosas se perdían estas aparecían.

LA LIMPIEZA

En las salas de prensa de Catar, que tenían que ver con la localidad, es decir, las que no eran regentadas por FIFA, se pasaban de extremos en la limpieza: cada vez que una persona ocupaba los baños, entraba un empleado, desinfectaba la taza del escusado, le pasaba un trapeador y hasta lanzaba una especie de perfume. ¡Era un lujo ir al baño!

Seguro que eso nunca pasará en los próximos mundiales.

LOS HINCHAS

En la fase de grupos era fácil encontrar a árabes obsequiando camisetas de selecciones, la idea era que exista color del Mundial en las calles.

Cosas de la vida, en los primeros días a las camisetas de Marruecos le hacían el feo, nadie las tomaba regaladas, pero algunos que sí las recibieron hasta se llevaron dos.

Catar, un Mundial donde el dinero hizo ‘golazos’ que nunca se olvidarán en los hinchas que asistieron.