Tal como lo había expuesto Diario EXTRA en febrero de este año, el histórico escenario deportivo corría el riesgo de quedar totalmente descartado para albergar partidos de la Tricolor. Finalmente se dio. La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), a través de su presidente Francisco Egas, aseguró que si bien Quito seguirá siendo sede de los partidos de la Tri para las eliminatorias rumbo al Mundial 2026, el estadio Olímpico Atahualpa ya no está ni siquiera en las probabilidades.

El reducto donde la selección logró la clasificación a su primer Mundial de Fútbol (Corea y Japón 2002), así como disputó otros tantos partidos históricos, queda en el olvido tras la suma de un sinnúmero de descuidos.

(También puedes leer: Selección Ecuador arranca las eliminatorias con 3 puntos menos, pero con más esperanzas)

El último partido oficial de la Tri ahí fue en octubre de 2017, cuando Argentina derrotó 3-1 a Ecuador con hat trick de Messi y el descuento de Romario Ibarra. Desde ese entonces, el camino al Mundial 2022 se jugó enteramente en Casa Blanca.

Entre las principales razones es que el estadio no cumple con varios requisitos de la FIFA para escenarios deportivos. Además, tiene goteras, hierros oxidados, pintura desgastada y una fachada poco adecuada para una de las zonas de mayor plusvalía de Quito.

Así lo explica el arquitecto y urbanista Fernando Carrión. “El sector es de altísimo desarrollo económico en términos comerciales y administrativos, y el Atahualpa aparece más bien como un freno”, comenta.

El Coloso del Batán, como se lo conoce, fue inaugurado el 25 de noviembre de 1951 y está ubicado en las avenidas Seis de Diciembre y Naciones Unidas, en pleno centro comercial de Quito.

Tras casi 72 años de funcionamiento las autoridades coinciden en que urge una remodelación acorde con el sector. Jaime Ruiz, expresidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), dueña del recinto deportivo, planteó en su momento un proyecto denominado Arena Atahualpa, que por la pandemia no se llegó a concretar.

El plan consistía en ampliar la capacidad a 50.000 espectadores, implementar locales comerciales y culturales, restaurantes y un hotel de cinco estrellas. Pero nada se cristalizó.

La última readecuación en serio data de 1992, cuando el país fue sede de la Copa América de ese año. Desde entonces solo se lo ha pintado, se han colocado asientos en la tribuna principal y cambiado las luminarias; por lo demás presenta ahora bares viejos, escalinatas antiguas, baterías sanitarias en mal estado, puestos y cabinas de prensa deterioradas, entre otros males, dando razón al titular de la Ecuafútbol que dijo que “el Atahualpa no está en condiciones para recibir los partidos de la Tricolor”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!