Como diría Pablo Neruda: “Mi vida, con un beso te digo todo lo que he callado”. Un beso puede ser el principio de una relación íntima maravillosa o un desencanto. Así lo resume la sexóloga Claudia Cruces, quien precisa que el beso es por excelencia una estrategia de seducción muy potente pero que “muchos de nosotros la utilizamos poco”.

Aunque el Kamasutra muestra 16 formas de besar y 16 tipos de besos las personas casi no le toman asunto a este tema, porque creen que el sexo lo es todo.

Según Cruces, quien también es hipnoterapeuta, cuando dos personas están a punto de tocarse y comienza el juego de labios, lengua, acuosidades y demás, el cerebro y cuerpo reaccionan de una manera impresionante, generando cambios importantes como la erección pilosa: piel de gallina y sentidos agudizados.

“Las sensaciones perceptivas aumentan. Sientes, hueles y escuchas más porque en el intercambiando de saliva y los movimientos de la lengua se producen feromonas a través de nuestro aparato vomeronasal. Por eso hay gente con la que conectamos perfectamente, y con solo con un beso podemos sentir cosas increíbles”, sostiene la experta.

¿QUÉ PASA EN PANDEMIA?

En tiempos de pandemia, el beso resulta ser muy esquivo entre los amantes. ¿La razón? Porque no sabemos si somos positivos a la covid-19. Por ese motivo Cruces refiere que el escenario ideal para un buen beso, en tiempos de coronavirus, es tener claro que la pareja no esté contagiada, “que se conocen, que sabe que ambos han respetados las reglas de bioseguridad”.

En esa misma línea, la doctora en sexología Daysi Guzmán manifiesta que por el momento no habría un espacio para los besos porque “no sabemos si nuestra pareja es asintomática o haya estado en contacto con personas que tengan el virus”, señala, “la mejor forma de prevenir cualquier contagios es: ¡No besos!”, dice.

Para Guzmán, el tema de los besos es una situación compleja porque la saliva es uno de los portadores de infección por covid-19. “Las glándulas salivales son con una fábrica de producción de este virus y los fluidos generados pueden transmitirlo a otras personas”, menciona y dice que por esto momentos los besos deberían estar ‘vetados’.

“No debemos besarnos; claro un beso con mascarilla no es lo mismo que un sentido y no va a tener la misma sensación cuando se apegan los labios a otra persona. Pero hay que ser conscientes que no se pueden dar”, insiste.

Aunque tenemos diferentes tipos de besos tales como el blanco, negro, de Singapur, pero en estos tiempos lo más seguro es no besarse, recalca Cruces. Dice que mejor es abrirnos a la recreación de otras prácticas como lecturas eróticas, sexting o audios sexys, el autoerotismo (masturbación) con el fin de no dejar de lado la práctica sexual saludable, pero que hoy más que nunca debe realizarse de forma responsable.

Asimismo, Guzmán apunta a que los ‘tortolitos’ deben ser recursivos. “Debes ser creativo, fantasear. Solo con cerrar los ojos e imaginarte besando a tu pareja el cerebro genera sustancias químicas como que si te estuvieras dando uno real. Tenemos que ser recursivos en tiempos de pandemia”, aconseja.

Besos con o sin mascarilla

Cruces iguala el beso con mascarilla como cuando uno está teniendo relaciones con preservativo: es rico, pero no satisface del todo; pues la diferencia es clara: usar la mascarilla y el preservativo puede evitar un contagio, pero al no usar la mascarilla nos expone, aunque la pasemos bien un momento, pero podemos contagiarnos. 

“La verdad es que no sabemos cómo podríamos reaccionar. Hay quienes han tenido la enfermedad y lo han superado sin mayores preocupaciones y otros en cambio han muerto”, lamenta la también psicóloga clínica. Lo más recomendable, dice, es realizarse las pruebas para ver la carga viral y en ese caso si se ha superado la enfermedad y son pareja estable, sí podrían volver a su vida normal.

¡COMUNÍCATE!

¿Existe algo más íntimo que un beso? La respuesta de las profesionales consultadas por EXTRA es NO. Por medio del beso podemos sentir completamente al otro y llegar al orgasmo. Cruces señala que a veces el coito carece de toda intensidad porque a práctica sexual centrada en el pene y su destreza ha reducido mucho la experiencia sexual. “Nos ha desconectado con todo lo demás”, dice.

“Las mujeres por eso a veces no desean tener relaciones porque no sienten a su pareja, sienten a un hombre que cumple con el ‘protocolo de estimulación’ en forma muy mecánica, y eso no excita, no despierta el desee. Al contrario, lo mata y hace que evitemos”, explica.

Además, acorde al conocimiento de Guzmán, el beso puede ayudar a que la persona se sienta altamente atraída y pueda dar paso a una relación más íntima, ya que genera la información y te dice si esa persona es genéticamente saludable.

“Puede que a la primera vez no te guste el beso por muchos factores como el miedo o el estrés, ya que pueden tapar o contaminar esa información de salud que le puedes dar a la persona. Pero, incluso, esto puede mejorar a medida que se sigan dando besos y la forma en cómo se comuniquen”, expresa.

Pero como hay restricción, lo más factible es ‘leer’ –mediante la comunicación no verbal- la información que te transmite tu pareja a través de una pantalla digital. “Hay momentos y momentos. Y este momento es para conocerse más en dialogo, expresar verdaderamente sus sentimientos, averiguar un poco más de los gustos de tu pareja”, agrega.

"Después que tanta prohibición, poder besarse, poder tocarse con libertad, volver a estar con otro en intimidad sin ningún tipo de restricción va a ser maravilloso. Sin duda lo vamos a disfrutar muchísimo", concluye Cruces.

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