Con canastas de frutas, flores y mucha devoción en la parroquia San Miguelito celebraron a la Niña María de Jerusalén.

El santuario de esta localidad del cantón Píllaro, en la provincia de Tungurahua, fue engalanado para la ceremonia con la que se recordó a la escogida por Dios y a quien miles de creyentes consideran la Madre celestial.

Este año, la eucaristía estuvo presidida por monseñor Geovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato, y el alcalde Francisco Yanchatipán.

Monseñor Giovanny Pazmiño dijo que la cita en el santuario es “para ratificar el amor que se le tiene a la Virgen María, aquella mujer que fue escogida por Dios para que sea la madre de Jesús, quien llegó para salvar el mundo y darnos la vida eterna. María es ejemplo de abnegación y sacrificio que nosotros debemos asimilar”, finalizó.

El evento se realizó con las medidas de bioseguridad y con el aforo permitido, de acuerdo a lo que establece el Comité de Operaciones Emergentes (COE). Los feligreses que no pudieron entrar escucharon la misa a través de los parlantes instalados en la parte frontal de la iglesia.

El santuario donde se realizó la ceremonia es uno de los sitios más visitados en esta localidad.

Yanchatipán contó, que según la historia, empezó a construir la iglesia en 1.922 y en el terremoto de 1.949 se le cayeron las dos torres. Lo terminaron de construir entre 1.970 y 1.980 y le dieron el nombre de ‘Niña María de Jerusalén’ debido al fervor por la Virgen.

“No son muy claros los orígenes de la imagen, pero de acuerdo a la escasa información que se ha logrado conocer de los moradores de la zona se dice que en la ladera de Quillán el morador José Robalino encontró en lo que parecía una gruta, y en su interior la imagen de la Virgen impregnada en una piedra, en 1.844”, mencionó el alcalde.