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Buena Vida
Seis mitos de las películas porno que arruinan las relaciones sexuales
Si te crees actor de cine para adultos, bájate de la nube y disfruta lo que puedas y con lo que tengas... La excitación no aparece por arte de magia.
Todo lo que se ve en las películas porno se ve fácil de poner en práctica y sin complicaciones. Ciertas ‘acrobacias’ sexuales motivan a los amantes a exigir a sus parejas tal o cual posición, pero muchas veces todo termina en frustración.
Más allá de entender que los actores Triple X actúan y, por lo tanto, fingen, o que las escenas están editadas, la pornografía ha extendido diferentes mitos sobre la sexualidad que todavía cuesta desterrar.
Eso de creer que puedes mantener afilada y firme tu ‘herramienta’ durante un par de horas resulta un golpe en el ego para muchos cuando esta se desparrama a los 3 minutos. Nada parecido a las cintas de ‘cuerpeo’ interminable (sin cortes comerciales).
Aquí te dejamos 6 mitos del cine porno:
En el porno las escenas se cortan de tal forma que la atención permanezca por más tiempo, sin embargo en la vida real esto no ocurre. Hay días que nos encontramos en mejor estado físico, y en otros hay agotamiento, es natural sentirlo. Nadie 'machaca' dos horas sin parar.
En la pornografía siempre se ha intentado vender que entre mayor sea el tamaño del pene, -por ejemplo- más placer puede llegar a sentir la pareja. En la vida real puede que esto no sea del todo cierto, ya que las mujeres pueden llegar a sentir molestia o dolor.
¿Todas gritan durante el orgasmo? No es así en la vida real, aspectos como la respiración, los movimientos y los latidos del corazón pueden ayudar a darnos una idea si estamos haciendo bien las cosas en el ‘cuerpeo’.
En la pornografía todo se ve fácil, como tener fantasías con un compañero de oficina o un repartidor de comida. En la vida real esto se puede hacer, pero con los cuidados necesarios al involucrarnos con extraños. No sea ‘papayero’.
El ano no es como la vagina, ya que no se adapta como la vagina y necesita ser dilatado y lubricado (no lubrica por sí mismo). Si se va a lo bestia y no hay preparación podemos acabar con fisuras y heridas. ¡No sea salvaje!
En las películas se tiene la idea que siempre hay que llegar al orgasmo. “Esto no pasa en la vida real. No todas las relaciones sexuales incluyen o acaban con un orgasmo, y no por ello dejan de ser placenteras”, insiste la sexóloga Lola González.