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Buena Vida

El cineasta Sebastián Cordero se inició hace 29 años filmando videos para bandas musicales como Cruks en Karnak.Christian Terán

Sebastián Cordero​: “De la dificultad salen grandes proyectos”

El director ecuatoriano se alejó por un momento de las películas de ficción para presentar el primer documental de su carrera

Considerado uno de los cineastas contemporáneos más importantes de Ecuador, Sebastián Cordero estuvo de paso por Guayaquil para presentar el primer documental largo de su carrera, llamado ‘Al otro lado de la niebla’, un trabajo al que califica de personal e íntimo.

Creador de siete películas reconocidas a nivel internacional, el director quiteño se alejó de este género y aceptó la invitación del montañista Iván Vallejo, el primer ecuatoriano en coronar el Everest, en 1999, para hacer una película que conmemore su trayectoria.

La filmación se realizó en septiembre del 2019, fecha en que se cumplieron 20 años de tal hazaña, al escalar el coloso de nieve de 8.848 metros sobre el nivel del mar.

“Viajamos juntos a Nepal, pero este no es un documental de National Geographic sobre un escalador o un reportaje de televisión, es más bien un diálogo muy íntimo. Los dos hablamos de nuestras vidas, de las montañas, del cine, de los proyectos, de los momentos en que nos encontramos y por qué hacemos las cosas. Es más un diálogo casi que filosófico en el que la montaña y la niebla toman un rol muy metafórico. Son detonantes de mucha conversación”, explica Cordero, quien no subió el Everest, pero llegó hasta los 5600 metros, donde está el campamento base del nevado.

Creador de videos musicales

Aunque es recordado por su laureada ópera prima ‘Rata, ratones y rateros’, que justamente fue estrenada el año en que Vallejo subió al Everest, Cordero, de 51 años, se inició hace 28, creando videos musicales, los cuales fueron un punto de entrada, en ese momento, para un formato que le permitió experimentar.

Relata que meses antes había regresado de Los Ángeles y le atraía mucho ensayar con el formato de 16 mm, algo que le permitía conceptualizar, fotografiar y editar.

“Barak estaba lanzando su primer disco, y el tema ‘No hubo nadie que volteó a mirar’ me gustó desde un principio. Filmé en blanco y negro en 16 mm, con una cámara Aaton, equipo mínimo, y trabajamos en dos locaciones: un canchón en el Comité del Pueblo (donde toca la banda) y el basural de Zámbiza”, relata Sebastián, quien siendo muy joven trabajó como profesor de la Universidad San Francisco de Quito.

Había poca gente que se había especializado en cine, y él era uno de ellos. Sabía de escritura de guiones, filmó videoclips para agrupaciones como Cruks en Karnak, Los Perros Callejeros y otras, que de hecho colaboraron en la banda sonora de ‘Ratas, ratones y rateros’, que fue rodada en locaciones de Quito y Guayaquil.

"Hay países como Suiza que para permitir que Netflix entre, debe incluir un número de las películas de esa nación en la cartela. Eso debería ser política de difusión del cine ecuatoriano en esa plataforma".

Fascinado con Guayaquil

La urbe porteña es para Cordero una especie de musa. Siente fascinación por ella. En sus locaciones ha grabado varias de sus películas. ‘Crónicas’ fue rodada casi en su totalidad en Guayaquil, al igual que gran parte de ‘Pescador’, y Sin muertos no hay carnaval’ fue totalmente filmada en la Perla.

Casado con una guayaquileña, disfruta caminar por el caluroso centro, recorrer huecas, disfrutar de su gastronomía local, ir a sus sitios favoritos para deleitarse con un caldo de salchicha, un encebollado o un buen ceviche en la calle Panamá.

“Es una ciudad que tiene una onda muy única, no sabría realmente definirla. Me encanta la comida, la gente, es fascinante en muchos sentidos. Uno se demora en conocerla, se toma su tiempo. Me encanta, siento que en mi cine me he clavado tanto en Guayaquil porque visualmente y sonoramente me atrae. Son muchos factores que se juntan”, dice acerca de la ciudad donde suele pasar largas temporadas, sobre todo cuando se trata de montar obras teatrales.

En algún momento dijo que en la marginalidad están las historias más interesantes. ¿Cómo las proyecta en sus filmes?

Dentro del realismo sucio o del realismo urbano, que es un poco el género en el que he trabajado, como con ‘Ratas, ratones y rateros’, siento que cuando uno cuenta historias de personas en situaciones difíciles y duras, hay grandes relatos por exponer. Puede ser que las situaciones más duras y realistas son, tal vez, las que más alimentan los trabajos artísticos y narrativos, tanto en cine como en literatura. De la dificultad salen grandes proyectos.

Mis 5 películas favoritas

“De ley ‘Ratas, ratones y rateros’, le tengo un cariño especial. También incluiría ‘Al otro lado de la niebla’, porque en ella cuento más de mí. Está ‘Crónicas’, a nivel internacional la gente me conoce más por esta película. Además, siento que de las mejores cosas que he filmado están ahí; mi escena de la que me siento bastante orgulloso como director es el linchamiento al inicio de la película. ‘Rabia’ es otra, la hice en España. Y de ahí hay una que me encanta que es ‘Europa Report’, que hice en Estados Unidos y es de ciencia ficción, claustrofóbica a su manera”.

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