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Buena Vida
El rottweiler... fortaleza y obediencia
Es tan fuerte que desde sus inicios fue usado como perro de trabajo. Es muy protector y noble. No todos están aptos para tenerlo como mascota
Por su apariencia general, el rottweiler es una raza que, a simple vista, infunde mucho respeto y temor, aunque en realidad son nobles y cariñosos, además de ser muy buenos guardianes.
Aunque se dice que son originarios de Alemania, su ascendencia es romana. Por su fortaleza física, siempre han sido perros de trabajo. Eran los encargados de conducir y cuidar el ganado, arrastrar carretas del campo a la ciudad, cargadas de alimento, e incluso llevar dinero en cinturones que portaban alrededor del cuello.
“Es una raza muy inteligente y obediente. También están capacitados para trabajos de protección. No son peligrosos, siempre y cuando estén bien educados y sociabilizados”, aseguró Xavier Bolaños, quien es un gran conocedor de los canes de esta raza.
Adultez
Cuando llegan a la adultez son saludables y vigorosos. Pueden llegar a vivir entre 10 y 15 años aproximadamente.
Es una raza que se adapta a todo tipo de clima, de preferencia templado.
Cuidados
Es indispensable que en el hogar el can tenga su lugar y que el dueño cuente con tiempo y dedique esfuerzo físico para pasar con ellos. Por esa razón hay que tener precaución y nunca permitir que el perro asuma el control, tanto si está con una persona mayor, como con un niño. Además de sus cuidados diarios, se requiere tener un presupuesto para su manutención y alimentación.
Según el experto, quien es juez y director técnico de Asoro Ecuador, no todas las personas reúnen las condiciones para tener un rottweiler, ya que esta raza necesita de un buen amo, competente, que entienda sus necesidades básicas y sea capaz de proporcionarle lo que necesite.
Alimentación
Por ser perros grandes y activos necesitan de alimentos con mucha proteína y buen nivel de grasa. Así como de nutrientes, minerales y vitaminas.
- Cachorros
“Hay que tener mucho cuidado hasta los 2 meses y medio, porque son muy delicados. Si se toman las debidas precauciones con el veterinario, como controles periódicos y vacunas a sus fechas no va a haber problemas”, aseguró el experto.
Terminado su ciclo de vacunas es recomendable bañarlos una vez al mes, con agua tibia. En los adultos, dependiendo del clima se lo hará cada 21 días, si están con pulgas o garrapatas.