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El manabita además de amorfinero, es actor, dramaturgo y gestor cultural.cortesía

Raymundo Zambrano: El defensor del amorfino

El actor, dramaturgo, músico y amorfinero manabita es un gestor cultural de la tradición oral de su provincia, que impulsa para mantenerla viva

S i se pudiera nombrar a uno de los mayores cultores de la tradición oral manabita, con seguridad, el que tiene más opción para ese puesto sería Raymundo Zambrano. Un hombre que salió de las entrañas de la ruralidad de Santa Ana, Manabí, y que ha llevado al ámbito cultural una de las principales tradiciones de su tierra: el amorfino.

El oficio de recitarlos lo heredó de su padre, quien llenaba el hogar de coplas y al que recuerda como el mejor de todos al momento de lanzar los versos, que han sido señalados de machistas, definición que Zambrano cataloga como un acto de injusticia contra el arte popular. De hecho, desde hace seis años comparte el escenario con Nayeli Suárez, una actriz manabita que se dedica al oficio de amorfinera.

De 59 años, autodidacta, quien se ha destacado por más de una década en el teatro con el personaje de Don Pascual lamenta el prejuicio que hay detrás del amorfino, sobre todo “porque el arte popular siempre ha sido venido a menos”, dice.

Actualmente trata de mantenerlo vigente a través de la música con el grupo Manchecaña, originario de Manta.

 Tiene más de 37 años inmerso en la cultura oral, pero usted es mucho más que eso y el teatro.

Tengo varios oficios, ninguno con título. Soy empírico. Compositor de música montuvia, folclorista, investigador de la tradición oral, dramaturgo, actor y director de teatro. Mi grupo se llama Palosanto.

 Dice ser empírico, pero es considerado un gran recitador de amorfinos.

He estudiado composición de versos, tengo mi propio doctorado en verso popular. Toco algo de guitarra e instrumentos de viento.

¿De dónde nacen los amorfinos?

Nacen de estos versos populares. Es una herencia de la copla española, sino que tienen otro origen del resto de Europa. Se regó por toda América, de México a la Patagonia y se transforma en varios ritmos o géneros musicales. Uno de ellos es el amorfino, que es un género musical, hay que estudiarlo como una trilogía, como verso, música y danza.

“El amorfino sobrevive gracias a la memoria de las montuvias. Hay más mujeres que hombres haciéndolo. Muchos versos son unisex”.

La cultura no sabe de fronteras.

Es lo bueno del arte popular. Aquí se lo conoce como contrapunto, un vocablo moderno. En Cuba le llaman controversia o décima, en Colombia Trova, pero el punto es el mismo.

Está tratando de que sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.

El amorfino es un patrimonio vivo, que no ha sido declarado oficialmente como tal, pero lo vemos así porque tiene una presencia importante en la cultura montuvia, que está en toda la Costa ecuatoriana. En Manabí ha tenido un desarrollo muy particular por cuestiones históricas. Así como ocurre con la gastronomía que es famosa por su particularidad, de la misma manera ocurre con el amorfino manabita.

Cuál es la estructura del amorfino.

El amorfino tiene su estructura, es octasílabo y tiene que ser tomado en cuenta a la hora de improvisar o componer. Es poesía popular. Se le puede llamar copla, verso, cuarteta. Si no rima, no es amorfino. Hay versos que son groseros. La esencia del contrapunto es tratar de hacer quedar en ridículo al otro. En el contrapunto es donde se da la picardía del amorfinero o de la amorfinera.

Aunque su contenido ha sido señalado como machista, también hay mujeres que lo recitan.

Le voy a decir una cosa, el amorfino sobrevive gracias a la memoria de las montuvias. Hay más mujeres que hombres haciéndolo. Muchos versos son unisex.

Qué se necesita para crearlo.

No es una cosa que se dice quiero ser amorfinero, la herencia de mi padre la tuve, era amorfinero; luego me metí al teatro, comencé a investigar y eso me llevó a la música y a investigar sobre la composición musical. Siempre me gustó escribir en verso y fue fácil para mí dedicarme a componer, vi que había carencia de nuevas canciones.

Comparte el escenario con Nayeli Suárez, una actriz y amorfinera manabita.cortesía

Cuántos amorfinos se sabe.

Tengo muchos que me sé y he construido miles de ellos, puedo improvisarlos porque sé la métrica. Estoy incursionando en la capacidad de improvisar versos. Es lo máximo a lo que se puede aspirar.

A dónde van dirigidos

No siempre tratan de amor. Hay versos que hablan de desamor, pero también tienen contenido social y político. He hecho amorfinos para campañas contra la violencia de género. Es muy dúctil. Lo hemos llevado a lo más alto, también se lo ha catalogado como un verso machista, pero no es así, siempre estoy ponderándolo, es hermosísimo, hay versos profundos de la filosofía popular. Mi papá era uno de los que hacía unos amorfinos bonitos.

Amorfinos

Dicen los sabios de amores /

Que en las cosas del amor /

La mujer es una gata /

Y el hombre un simple ratón

Cuando vayas a bañarte/

Avísame tres días antes/

Para llenarte el camino/

Con rubíes y diamantes

Más de él...

-Creó un concurso intercolegial de amorfinos.

-De casi mil estudiantes fueron seleccionados 52, de los cuales 35 son mujeres y 17 varones.

-La Corporación Provincial de Manabí, en un evento solemne, declaró que el amorfino como manifestación de la Identidad del Pueblo Montuvio es Patrimonio Cultural de Manabí.