Las vacaciones escolares son sinónimo de descanso. El lugar preferido de los niños es la playa. Eso sí, debes tener precaución para evitar alguna mala experiencia. Nos referimos a las insolaciones, quemaduras y más... Por lo tanto, llevar un protector solar es obligación. Su piel es mucho más sensible y, por ello, necesitan mayor protección. Antes de pisar la arena asegúrate de que llevan esa crema solar extendida a la perfección. Elige la de factor 50+. “Lo recomendable es ponérsela 30 minutos antes de la exposición solar y cada dos horas, la piel del niño es inmadura”, dice la pediatra Melania Muñoz.

Por otro lado, en lo referente al agua, evita que se bañe tras estar expuesto al sol. El cambio de temperatura tan brusco puede ser muy peligroso. Se puede resfriar. Es mejor que se metan al agua poquito a poco, mojando primero las muñecas y la nuca.

Evita llevar a bebés menores de 6 meses. A esta edad no tienen la piel preparada para aplicarles crema protectora. Podría causarles reacciones alérgicas.

Las claves

Importante

El niño debe estar hidratado. El agua es un nutriente que juega un papel primordial en su crecimiento y desarrollo, ya que de ello depende la absorción de todas las vitaminas y minerales.