Es complejo tener un familiar en proceso de rehabilitación por adicciones, más aún cuando el individuo ha sido forzado a entrar a un centro especializado. Las personas que han sido obligadas a dejar su dependencia a las psicotrópicos, cuando salen, ya sea porque huyeron o terminaron su tiempo, tienen un alto riesgo de reincidir en el consumo. “Los que no fueron por voluntad propia, ven la recuperación como algo represivo. Cuando salen, vuelven a las calles para conseguir lo que les falta y como no tienen ese sustento económico por parte de la familia, comienzan a delinquir para conseguir dinero y financiar su vicio”, añade el psicólogo Diego Guaranda, especializado en psicoterapia.

Por otro lado, los que estuvieron dispuestos a dejar las drogas por sí solos son más propensos a tener una mejor adaptación a la sociedad. Al mostrar comportamientos positivos, su recuperación será óptima, pero no significa que estén completamente bien. Necesitan ayuda para evitar situaciones que provoquen su recaída.

Hay que tener cuidado con la manipulación

El consumo de sustancias es considerado un trastorno, pero quienes lo sufren presentan más de uno. El conjunto de estos se llama comorbilidades. Este desorden deriva en cambios de comportamiento y personalidad.

Algunas de las condiciones que se presentan son depresión, ansiedad, trastorno límite de la personalidad o borderline, en el cual hay una inestabilidad creciente y cambios de temperamento.

En caso de que sufra una  recaída

No se debe juzgar, porque ellos ya sienten culpabilidad por fallarse a sí mismos. Es preferible reconocer qué le llevó a ingerir estas sustancias, estar para esa persona y escuchar qué le frustra o incomoda.