Exclusivo
Nutrición

Las personas de las que nos rodeamos pueden provocar que empecemos a adoptar ciertos hábitos alimentarios que antes no teníamos.Pixabay

¡Cuidado con esos panas comelones! La obesidad podría ser contagiosa

Un estudio revela que esta patología alimenticia puede transmitirse. Tener un pana rellenito incrementa el riesgo de engordar hasta en un 57 %

Existe un conocido refrán que reza: "Dime con quién andas y te diré quién eres". A este popular dicho se le puede hacer una variación: "Dime con quién andas y te diré cuánto... pesas". Cabe recalcar que esta oración no es una sentencia, ni ningún decreto, pero aunque te cueste aceptarlo, pasar mucho tiempo con tus amigos puede llevarte a subir de peso y que ‘revientes’ en tu ropa.

A Mariela Delgado le pasó. La joven de 24 años, confiesa que tuvo una compañera de trabajo que comía dulces todas las tardes. Ambas laboraban cerca de una gasolinera y la mojada de chocolate era el postre preferido de las dos.

Su vestimenta le manifestaba una verdad que no veía… se estaba engordando. Lo mismo le pasó a Mariana Loor, pero ella estuvo en el otro extremo, el light o saludable. Ella pasaba bastante tiempo con una compañera de la universidad. 

La muchacha permanecía mucho tiempo en la vivienda de su pana, pues este era el sitio en el cual se reunían para hacer sus trabajos o estudiar. Debido a las extensas horas que permanecía, le tocaba almorzar o merendar lo que le brindaba su anfitriona. Poco a poco empezó a alimentarse mejor, pues ingería más verduras, frutas y cero productos procesados.

La ‘pipol’ de la cual nos rodeamos puede hacer que empecemos a adoptar varios hábitos alimentarios que no teníamos, porque se pasa demasiado tiempo junto a ellas. Por lo general, se tiende a compartir comida chatarra, dulces, etcétera.

Eso no quiere decir que no encontremos a alguien con prácticas saludables y nutritivas que influya positivamente y se refleje en el peso corporal, expresa María Bustamante, máster en Nutrición y Metabolismo, quien indica que puede darse a cualquier edad, desde niños hasta adultos. Los amigos, familiares, pareja, compañeros de trabajo o de estudio pueden influir en este aspecto.

Una alimentación basada en verduras y frutas fortalece tu sistema inmune.Pixabay

Lo bueno y malo se ‘pega’

Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, desarrollada en 12.067 adultos, concluyó que la obesidad se transmite por los vínculos sociales.

Tener un amigo obeso aumenta el riesgo de engordar hasta en un 57 %; si es su hermano, en un 40 ; % y si es su pareja, hasta en un 37%.

Mientras más estrechos los lazos, más ‘chance’ de subir de peso. Pero aunque no lo creas, la delgadez también se contagia...

‘Sácale el jugo’ a la amistad

La Asociación Americana de Psicología recomienda que si quieres realizar un cambio en la alimentación, lo hagas con tu ‘llave’, ‘bro’, pana, pues él estará pendiente de ti, te ayudará a tomar mejores decisiones y será más fregado que desistas de la meta.

Es más, te motivará a alcanzarla y es probable que tengas más actividad física.  Así existe mayor efectividad al perder peso, que cuando se hace dieta solito. Un 90 % contra un 24%, manifiesta la experta.