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Nutrición infantil: Los primeros pasos de la comida complementaria
Este proceso debe hacerse de manera gradual y cuidadosa, empiece con purés y trocitos de vegetales
A partir de los 6 meses del nacimiento del bebé, la leche materna o fórmula ya no cumple con todas las necesidades nutricionales. La introducción de alimentos complementarios es esencial para asegurar un crecimiento y desarrollo adecuado. Por eso hay que añadir de forma paulatina el resto de los alimentos, manteniendo la lactancia a demanda todo el tiempo que madre e hijo deseen. Para los lactantes que no toman el pecho, no hay un claro consenso en la literatura científica acerca del mejor momento. La alimentación se puede introducir entre el quinto y el sexto mes. Es importante que el organismo esté maduro a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.
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¿Cómo saberlo? Un niño está listo cuando adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como cualquier otro hito del desarrollo, no todos lo van a adquirir de igual manera, aunque en general estos cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes.
¿Qué se requiere? “Presentar un interés o sentir curiosidad por la comida. La desaparición del reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua). Ser capaz de agarrar la comida con la mano y llevarla a la boca. Mantenerse sentado aunque sea con apoyo”, dice la pediatra Carol Valdivieso.
Lo que debes considerar
- Seguridad alimentaria. Todos los alimentos deben estar bien cocidos y preparados adecuadamente para evitar el riesgo de infecciones y/o alergias.
- Pregunta. Con un pediatra o un nutricionista especializado en pediatría. Es oportuno recibir asesoramiento personalizado y adaptado a las necesidades específicas de su pequeño. Las visitas regulares al especialista pueden ayudar a monitorear el progreso y ajustar la dieta en el caso de ser necesario.
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- Progresión. Inicie con purés suaves y líquidos. A medida que su bebé se acostumbra a los alimentos sólidos, puede ofrecerle texturas más variadas, como papillas más gruesas y pequeños trozos de comida. Este cambio gradual ayuda a desarrollar las habilidades de masticación.