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Buena Vida
‘Me preocupa el peso de mi hijo’
El sobrepeso y la desnutrición son las razones que inquietan a muchos padres en Ecuador.
Mamá, tu actitud ante este problema es fundamental. Tus comentarios podrían afectar el desarrollo de tu hijo.
DOMINGUERO conversó con diez mujeres de diferentes edades y se llegó a la conclusión de que recuerdan que sus padres les llamaban la atención por comer salchipapas o hamburguesas por el exceso de calorías.
Es por eso que la nutricionista Andrea Calle indica que los padres tienen un papel muy importante en la imagen corporal, el peso y la dieta del niño. “Si en casa no existen buenos hábitos, entonces estos pensamientos se transmiten a los niños y pueden dar lugar a que se sientan dependientes de la comida, no solo durante la infancia, sino también en la edad adulta”.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 35 de cada 100 niños entre cinco y 11 años de edad sufren de sobrepeso u obesidad.
Por otro lado, la Unicef señala que 1 de cada 4 niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica. Los dos marcos son perjudiciales para la vida del pequeño.
Es importante cuidar los hábitos alimentarios, reducir el tiempo de sedentarismo y aumentar el de práctica de deportes. La dieta debe ser variada, con cereales, legumbres, frutas, verduras, pescado, carnes magras, lácteos y aceite de oliva. Se deben consumir con menor frecuencia carnes rojas y derivados, y para ocasiones especiales productos de repostería, precocinados y refrescos azucarados.
Por bajo peso
* Un bajo de peso es una alarma para que se conozca la raíz de este problema.
* No debes darle comida chatarra para que gane libras. Lo mejor es cambiar los malos hábitos alimenticios.
* Selecciona alimentos con un alto contenido de nutrientes, vitaminas y calorías aceptables.
* Lo primero que debes hacer es consultar con el médico de cabecera, él determinará qué es lo mejor para tu hijo.
* Una de las razones podría ser por genética, poco interés por los alimentos o por exceso de ejercicios.
Datos extras
- Adopta buenos hábitos. Los cambios a un estilo de vida saludable son algo fundamental para la vida de los niños, pero deben hacerse para toda la familia. Por ejemplo, cocinar más comidas en casa en lugar de comer fuera, hacer cosas juntos, como jugar en el jardín en vez de pasarse el día viendo la televisión.
- Sé un buen modelo a seguir. Elige alimentos saludables, haz ejercicios, bebe agua en lugar de gaseosas… Si tu hijo ve en ti estos comportamientos, será más propenso a seguirlos a medida que va creciendo.