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Buena Vida
Loty Rodríguez: “Dios me dio este talento para ayudar”
Por el mes del cáncer de mama, la cosmiatra santodomingueña pigmenta gratis las areolas tras una mastectomía
Lanzar al mercado un negocio no es fácil. Mas aún para los emprendedores con discapacidad. Por su condición se podría extender el proceso para llegar al éxito. Sin embargo; la historia de Pamela Rodríguez o más conocida como Loty, de 29 años, da esperanza y ejemplo. Desde los 15 sabía lo que quería: ser cosmetóloga. Mientras que sus padres le exigían una carrera universitaria. Su pasión era tal que para salir de la tutela de ellos se casó a los 18 años. “Fue mi escapatoria para estudiar lo que quería. Mi papi me decía que cortar pelo no me daría dinero. Hoy por hoy en ocasiones gano más que él. Cuando se dio cuenta de que esto iba en serio me apoyó y me especialicé en Colombia y Brasil”, dice orgullosa la futura estudiante de odontología. En enero retoma sus estudios universitarios. Y es que para Loty nunca se deja de estudiar. Su visión es limitada, solo ve por un ojo. El otro lo perdió cuando nació, aparentemente, en el forcejeo del parto. Su familia se dio cuenta de dicha condición cuando tenía 8 años. Ya fue tarde para recuperarlo. Por ese motivo fue víctima de bullying. Sin embargo, dice que Dios la premió con la visión del otro, “veo el 200%”, dice con una ligera sonrisa.
En el mundo de la micropigmentación su nombre suena a nivel nacional. Trabaja con técnicas que la diferencian de sus colegas y de eso está orgullosa. Ganó una beca para estudiar con la brasileña Andreia Ferreira, una micropigmentadora ganadora mundial en realismo de mama. Loty perdió a su abuela paterna por el cáncer mamario y en su honor realiza esta labor social, de pigmentar las mamas de quienes la perdieron como consecuencia de ese mal. Dicha labor la realizará todo el mes de octubre. “Dios me dio este talento para ayudar. Yo misma atiendo a estas pacientes, al finalizar mi trabajo lloro con ellas de la emoción. Verse el seno con areola las hace sentir de nuevo como mujeres”, resalta.
Pamela es mamá de dos varones, Mathias y Emilio, de 10 y 5 años respectivamente; Ismael está por nacer. Reconoce que ser mamá de niños es más complicado. “Dios quiso que sea la reina de mi casa, pero junto a mis esposo (Édgar Moreira) hemos pensado en adoptar a una nena a quien la llamaremos Renata”, dice emocionada.
¿Tuviste una infancia complicada, sufriste de bullying, en qué momento Loty se empoderó?
A los 15 años cuando empecé en el mundo de los reinados. Estuve en tres. Gané el de la Universidad Católica, quedé como en quinto puesto en el de Asogan. Cuando tuve 18 me fueron a buscar para reina de Santo Domingo, pero ya estaba embarazada. Luego me ofrecieron para ser Señora Ecuador a los 20, pero no quería, me sentía pelada para ese concurso, ahora que llego a los 30 si acepto mi marido me da el divorcio (risas). Soy solo su reina. Me piropea todos los días y que él me elogie me es suficiente.
¿Cómo haces entre la maternidad, el trabajo y el estudio?
La clave es organizarme. La hora del almuerzo no es negociable y estamos todos juntos.
¿Cómo eres en calidad de jefa?
Esa pregunta debería responder una de mis chicas. No tengo corazón para gritar a nadie, si tienen algún compromiso con sus hijos les doy permiso, esos momentos son únicos y no se vuelven a repetir.
¿Cómo te defines como mamá?
Soy correcta y exigente. No me gusta el berrinche. Hay que tener más mano dura cuando se cría a los varones.
(Te invitamos a leer: Depresión vs. tristeza: ¿Qué las causa?)
También dijo:
* Las cejas de la nueva primera dama son perfectas, lucen naturales y lo natural está de moda.
* Le cambiaría las cejas a Amparo Grisales, es jurado de La Voz de Colombia.
* Soy excelente para mi trabajo, pero mala para cocinar.
* Mi mayor defecto es ser confiada.
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