En medio de una especie de caparazón formado por rocas basálticas emerge la cascada Jun Jun, una caída de agua de aproximadamente 15 metros, a la que llaman ‘hija’ del Carihuairazo, propuesta como una alternativa turística en la provincia tungurahuense.

Toda el área está rodeada por árboles gigantes de eucalipto, que brindan cobijo y un aroma agradable a los visitantes.

Según la leyenda que cuentan los comuneros y replican para atraer a turistas, la última erupción se habría dado por una pelea surgida entre los volcanes Chimborazo y el Carihuairazo, en disputa por el amor de la Mama Tungurahua.

Graciosamente relatan que entre los dos colosos se lanzaban piedras y a consecuencia de ello el Carihuairazo perdió su cráter, se descabezó, y una parte de sus rocas fue a parar al sitio que han denominado Jun Jun.

Otra leyenda difundida sobre este rincón tungurahuense tiene que ver con un supuesto tesoro oculto en la poza donde cae la cascada.

Cuentan que, bajo el torrente, en la profundidad, a veces resplandece una bandeja de oro que habría sido dejada por el diablo.

Pero a más de los cuentos, lo que más llama la atención es la tranquilidad que se puede disfrutar en dicho sitio.

DEPORTES

Por la irregularidad del terreno en Jun Jun incentivan el deporte de escalada. Sus montañas de piedras gigantes facilitan la práctica de esta disciplina.

Mariela Vaca explicó que los bomberos supervisan los elementos y la zona para brindar seguridad a quienes disfrutan de esta actividad.

Armando Estupiñán es de Ambato y decidió conocer el bosque que esconde la cascada. Caminó por el arbolado que parece sacado de un cuento y después se sentó a observar la caída de agua que recorre todo el páramo de Quero.

“Es un sitio que brinda tranquilidad y para los jóvenes diversión, porque permite realizar deportes extremos”, manifestó el turista.

Jun Jun es otra de las alternativas para recorrer en esta nueva normalidad, en la que el turismo al aire libre es la mejor opción, agregó Mariela. (YIE)