Jerónimo Meneses siempre supo que su vida estaría ligada a la comedia. En el colegio era un muchacho extrovertido, amante del teatro y “el payaso del grupo”.

Hoy, a sus 40 años, aún mantiene su esencia bromista y deleita con sus chistes a los oyentes de dos radios quiteñas.

Lleva más de veinte años en los medios y aunque comenzó a cubrir temas deportivos, el humor no se aparta de sus días.

Josema es uno de los personajes más conocidos de Meneses. Junto a Paquirri, son dos niños españoles que opinan sobre los más diversos temas.

Lo hacen con un toquecito de picardía que los ha mantenido en escena por más de 15 años. Confiesa que la crítica ha sido de los dos lados. Hay quienes aman a Josema, mientras que otros -al principio- no lo “aguantan”.

Pero con el tiempo todos quedan cautivados con ese chiquillo irreverente.

Enrique ‘Kike’ Vivanco es su compañero de fórmula. Llevan una amistad de varias décadas que se ha ido estrechando con el tiempo.

Jerónimo se confiesa con DOMINGUERO y cuenta sus inicios en la comedia, el periodismo y una vida familiar, en la que Federico, un pequeño perro de raza pug, es el protagonista.

¿Cómo inició su carrera?

Empecé en un periódico deportivo que se llamaba El Clásico. Un proyecto con amigos que era de distribución gratuita... Hacíamos de todo, desde periodistas hasta canillitas (repartidores de diarios) y todo al mismo tiempo.

¿Cómo llegó a los medios?

Se dio la posibilidad de entrar a trabajar en la radio, en el programa ‘Patodos’, con Pato Borja... Al principio hacía periodismo deportivo hasta que pudimos pasarnos a la comedia.

¿Cómo dan el salto al humor?

Empezamos parodiando películas y comedias como ‘Mazinger Z ‘ y ‘La Guerra de las Galaxias’ . En la radio había otras dos personas que tenían un espacio de humor, pero se fueron... Un día viene Pato y nos dice (a Jerónimo y a Kike) que ya tiene quien cubra ese espacio.

¿Eran ustedes?

Sí.

¿Pero, en qué momento se convirtió en Josema?

Han surgido polémicas sobre el invento de Josema y Paquirri. Pato nos dijo: ustedes van a ser dos niños españoles: tú Josema y tú Paquirri. Van a traer piropos y cachos. Por eso se adjudica la creación de los personajes. Pero Josema y Paquirri son más que cachos y piropos.

¿Cómo construyeron los personajes? 

Fuimos a cubrir un partido y ahí fuimos creando a Josema y Paquirri. Hay mucho detrás. Es todo un concepto.

¿Funcionó la fórmula?

Sí, tenemos un programa solos por 15 años consecutivos. Únicamente hemos cambiado de radio.

¿Cómo conoció a Kike, su compañero de fórmula?

Con Kike nos conocíamos desde el cole. Él era mayor a mí. Luego coincidimos en El Clásico. Ha sido una aventura trabajar juntos.

¿Quién es El Shafa?

Es el productor Andrés Carrera. Somos Josema, Paquirri y El Shafa. Él es el más chistoso de los tres. Me río más con sus chistes que con los míos.

¿Ha querido desprenderse de Josema?

No, voy a vivir con el personaje hasta que muera de viejo y no creo que pase porque todos los años Josema cumple 13.

¿Ha tenido otros personajes famosos, cuáles son?

El Pobre Pollito, la abuela Bertha, que justo en junio, todos los miércoles, estará en el Centro Cultural Casa Toledo, con su monólogo. Pero detrás de todo esto está el Omoto (apodo con el que conocen a Jerónimo). Él es la bestia detrás de la bestia, el paraguas de todo lo que hago.

¿Se ha arrepentido de algún personaje, chiste o diálogo?

No, nunca ,y de diálogos tampoco. Todo en la vida es un aprendizaje. Cuando me he lanzado un chiste muy pesado sí me digo: ¡qué animal!, pero ese es el humor irreverente y estamos en una delgada línea.

Federico, su tesoro

Jerónimo es el orgulloso padre de Federico’, un pug que es el mimado de su hogar. Para él y para su esposa la mascota es como un hijo.

¿Siempre le gustaron los perros?

Federico es una bendición en mi familia. Toda la vida he tenido y amado a los perros. Federico es como un guagua. Siempre está atrás mío... Cuando recién nos casamos queríamos conseguir un perro y siempre te dicen: primero una planta, luego una mascota y después un hijo.

¿Cómo llegó Federico?

Hace unos años estaba haciendo una campaña de publicidad para una tienda de mascotas. Ahí le tenían al Federico. Me preguntaron cuánto les costaba el trabajo y les dije: bueno, quiero ese perro, y me contestaron de una. Tenía tres meses cuando llegó a la casa. Ahora ya tiene cinco años.

¿Es engreído?

Muchísimo. Esta vez no le hicimos fiesta de cumpleaños por la pandemia. Pero cuando todo mejore le haremos una de disfraces.

¿Por qué lo lleva a todos lados?

Es mi compañero de vida. Va conmigo a la radio, a los shows y al teatro. Participó en la obra ‘Omoto en cueros’. Le encantan las cámaras, es el primero en posar. Ni mi esposa ni yo lo dejamos solito nunca. Cuando iba en moto -que por cierto estoy vendiendo- él era chiquito. Lo ponía en una mochila en el pecho y ahí iba tranquilito. Hubo una época en que lo llevaba en el tanque acostado hasta que un día se cayó... Iba muy despacio, pero como él ya sabía cuando llegábamos a la casa de mi mami, la bestia saltó. Por suerte frené. Era botar la moto y salvarle la vida al Federico. No se golpeó ni nada, pero fue un tremendo susto.

Niño por Siempre

¿Siempre ha sido divertido e informal?

Sí, siempre he tenido esta forma de ser desde guambra. Estaba en el club de teatro del colegio. No estudié profesionalmente actuación, más bien soy bastante empírico. Eso sí, leo mucho y me preparo.

¿De dónde sacó esa facilidad para la comedia?

Desde niño era el payaso del grupo. Según mi madre y abuela es herencia de mi bisabuelo, don Alfonso García Muñoz, creador de las ‘Estampas de mi ciudad’, donde aparece el personaje de Don Evaristo. Pero el origen de ese personaje también está en disputa.

¿Seguirá con esa forma de ser tan juvenil?

Siempre voy a vivir la eterna juventud. Por mí, no maduraba jamás. Ahora mi esposa es quien está detrás de mí y mi vestuario.

¿Su estilo de vestir es informal?

Ahora soy más formal. Antes parecía pobre. Ahora ella (su esposa) me dice: ponte una camisa, esta te queda mejor y cosas así.

¿Se considera joven?

La juventud es una cuestión de actitud. Puedes tener 45 y sentirte el hombre más viejo del mundo y tener 90 y seguir sintiéndote joven.

¿Qué es lo que más le ‘golpea’ de la edad?

Me cuesta un montón cuando los chicos de universidad me dicen: señor, queremos hacerle una entrevista. Esa palabra, señor, sí me pone mal.

¿Su apodo Omoto se debe a que es pequeño?

Sí, se trata de un clásico mote serrano, de grano muy pequeño. Mido 1,62 metros. Siempre le digo a la gente: no soy enano, uso zapatos profundos.

Más de él

Además de su faceta como periodista, Jerónimo es amante de la publicidad.

Le gusta mucho todo lo relacionado con el arte. Es guionista y hace stand up comedy.

La mayoría de sus personajes se mantienen vigentes en la radio. Sin embargo, sí han habido algunos que quisiera revivir.

Al también locutor de radio le encanta hacer ejercicio. Va frecuentemente al gimnasio para contornear sus músculos.