Cada octubre, sin importar el año, Francesca Ferrero tendrá motivos para celebrar por partida doble. Hace 5 años (2017) y contra todo pronóstico abrió el primero de los dos locales de comida típica guayaquileña, que el mes pasado se alzó con la estrella culinaria de bronce que le otorgó la feria gastronómica Raíces, de Guayaquil, por el plato de su creación llamado ‘El sartenazo’.

A través de ese nombre, Ferrero evoca su infancia y la de muchos guayaquileños que entraban hasta las cocinas de sus hogares para comer en la olla o la sartén. La receta que atrajo a cientos de comensales en la feria es un homenaje a su abuelita y a nuestras tradiciones.

El plato que se sirve en la sartén es una mezcla de productos costeños en el que sobresalen el chorizo manaba, la costilla, la menestra de frejol canario, los infaltables maduro y queso, acompañados de un moro (hay 7 sabores para escoger) coronado con un huevo frito.

Sin embargo, posicionarse no le ha sido nada fácil a esta médico de profesión que se dedicó de lleno a la industria alimenticia. Hubo momentos en los que pensó que su local quebraría. Meses después de la apertura en un espacio donde cabían 10 sillas, en la urbanización Entre Ríos, en Samborondón, el restaurante empezó a levantar vuelo. Venía creciendo, pero el 2019 no fue un buen año, el paro nacional que mermó las actividades comerciales evitó la apertura de un segundo restaurante.

A eso se sumó la llegada de la pandemia en el 2020. Ante esa desesperante situación jamás se quedó callada y encontró en la red social Twitter su aliada para exponer, denunciar y quejarse de las medidas que tomaban las autoridades respecto al trabajo y movilización durante la cuarentena.

Los negocios pequeños tenían pocas posibilidades de sobrevivir. Su marca estaba posicionada en todas las aplicaciones, pero no sucedía lo mismo con los emprendimientos y restaurantes que recién empezaban a incluirse durante la pandemia. Estar en las apps le permitió resistir más tiempo y sino hacía algo drástico su negocio, ubicado actualmente en un espacio más grande, en Samborondón, estaba destinado a cerrar.

Fue así como fundó la Asociación de Restaurantes del Guayas, período que concluyó en diciembre pasado. Actualmente es delegada sectorial de la Cámara de Comercio de Guayaquil representando a los restaurantes.

De dónde nació la necesidad de crear la asociación de restaurantes.

Más que nada para ayudar y ver de qué manera se puede seguir ayudando para levantar la gastronomía. Este (el estado de excepción que durará hasta diciembre) es un nuevo semáforo rojo, como si estuviéramos en pandemia. Es una situación delicada y compleja. Eso nos aniquila como sector comercial, gastronómico y turístico. Es un golpe duro.

¿Cómo ve la industria gastronómica en Guayaquil luego de la pandemia?

Hoy Guayaquil tiene uno de los crecimientos gastronómicos más grandes del país, porque justamente se activó a tiempo y porque estamos en el corazón del guayaco. Cuando quieres hacer algo en lo primero que piensas es en ir a comer. Esto es un trabajo de equipo, al unirnos, al apostar por la ciudad y no rendirnos.

Logró abrir el segundo local en Urdesa para poder participar en la Feria Raíces que era su anhelo y lo logró, ¿ a cuántos empleados les da trabajo?

El plato Guayaco preferido de varios personajes de farándula

Somos una empresa familiar de 30 empleados. Mi staff es mi familia, me tomo en serio el rol de cada uno de mis colaboradores, porque el motor de los negocios son ellos. He tenido que defenderlos de quienes se descargan de manera irracional, por eso he preferido perder un cliente que permitir abusos.

 La campaña de solidaridad que inició a través de Twitter para recolectar alimentos dirigidos a los miembros de la Policía Nacional ha levantado críticas.

No es mi intención que el gobierno no haga su parte, pero existe mucha ignorancia, a un médico, a un policía, o cualquier personas que trabaje en el Estado no te van a incluir el rancho. Todo depende de la institución pública y de su presupuesto. Cuando hacía mi rural o trabajé en un subcentro de salud no teníamos comida ni agua. Al haber estado del otro lado y entender cómo funciona es que pido la solidaridad de la ciudadanía y doy la mía, más aún cuando son personas que nos están defendiendo y que vienen de otras provincias. Es difícil la situación. Trato de mantenerme a flote.

Ya hizo las primeras entregas.

La intención de mi campaña es que la gente comience a cambiar el chip. Que se involucre a la comunidad con las UPC más cercanas. Las primeras entregas grandes las ha venido haciendo, pero no digo dónde por temor. No puedo decir dónde estoy entregando los insumos porque pueden enviar alimentos contaminados. Debamos ser precavidos. No soy afiliada a ningún partido ni tengo aspiraciones políticas.