Quien diga que se divorció y fue feliz que lance la primera piedra. Según la psicóloga Doménica Herrera, experta en atender temas de familias, dice que no es así. Hay daños emocionales tanto en la pareja como en los hijos. “Muchas personas piensan que es un fracaso, pero depende mucho de los escenarios que atraviesen cada familia. Es importante hacerlo de manera pacífica para que no altere las emociones de los hijos”, dice la especialista. Un divorcio también es una oportunidad para ser mejores seres humanos. No hagas daño. Piensa que hagas lo que hagas, tu ex no va a volver a la relación. Tampoco uses a tus hijos, ellos no tienen la culpa de tu mala elección.

En el ámbito legal, el abogado Juan Manuel Bermúdez enfatiza que “la forma de hacer más elegante un divorcio es que sea por mutuo acuerdo para no afectar a los hijos. De manera pacífica puedes arreglar la pensión y las visitas por medio de un mediador. Es más fácil hacerlo ante el juez para que la familia quede tranquila”.

¿Qué hacer?

Habla con tus hijos. Tenlos al tanto de la situación para que comprendan los cambios que están ocurriendo.

 Si no entiendes de leyes habla con tu abogado, él debe ayudarte a entender cada proceso.

 No te compares. Recuerda que cada situación es diferente y que cada persona es un mundo. Por lo tanto, el mismo caso les afecta a todos de la misma manera.

 No te aísles. Apóyate en tu familia o amigos, pero elige con cuidado las que tengan la capacidad de escucharte, respetar tus emociones y apoyarte.

Las claves

1. No pienses en venganza, los pensamientos negativos te destruyen como persona.

2. No separes a tu familia ni a tus amigos, ellos no pueden elegir entre tu ex y tú. Esta acción no te beneficia en nada.

3. Reemplaza las humillaciones, las amenazas, los sobornos o extorsiones, insultos, gritos, sarcasmos hirientes por la comunicación.