Desde que me fui a vivir a Estados Unidos tengo un antes y un después. Hace dos años mostraba todo, ‘chichis’, piernas y abdomen. Ahora solo abdomen, estoy orgullosa de mis 66 cm de cintura. Y si hablamos de cuidados, lo hago de manera integral por mi salud física y mental.

La moda deportiva marcó tendencia.

Sí y me gusta todo. Las leggins arman muy bien. Salgo en shorts al supermercado.

¿Y de moda?

De moda no sé nada. La mujer fit es básica.

¿Cómo es tu maquillaje?

¡Uy! Si me ves con algún color en mis ojos es porque en el canal me maquillan. No me gusta. A lo mucho llego a ponerme base y rubor.

Hay procedimientos de belleza que te ayudarían a resaltar tu mirada, por ejemplo, ponerte pestañas o pintarte temporalmente las cejas...

Les dije ‘chao’ a la pestañas, porque con el sudor se me salen. Si alguien me quiere, es así, ‘all natural’. Es más, no uso perfume, soy alérgica.

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¿Cómo lucirías para una cena romántica?

Con un vestido hermoso. Tengo uno que me encantó, por el cual pagué más de mil dólares. Lo pensé antes de adquirirlo y mi consuelo fue decirme que trabajo y me lo merezco. Y usaría mi pelo con ondas suaves y tacones. Así me siento una ‘caballota’.

¿En dónde compras?

La ropa deportiva, en Amazon. No tengo prendas caras ni utilizo marcas reconocidas.

¿Eres una mujer de spa?

No. Pero en este momento estoy en unas sesiones de depilación definitiva.

¿Qué no usarías?

Dejé de comprarme hilos. No los puedo utilizar para irme a la playa con mi familia, y la cultura de nuestro país no los acepta.

¿Cómo son tus combinaciones?

Me cuesta combinar, por eso copio looks de Instagram o Pinterest.