P ara Diana Palacios haber sido elegida reina de Ambato, más que sentir orgullo se trata de la promesa que le cumplió a su abuelito, quien desde niña le inculcó el amor por la llamada ‘Tierra de los 3 Juanes’.

Mucho antes de que ella naciera, Hugo Palacios fue director del comité permanente de la ciudad. Era el encargado de dirigir y organizar la colorida fiesta de las flores y las frutas, que cada año atrae a miles de turistas locales y extranjeros para la temporada de Carnaval.

La soberana, de 20 años, dice ser testigo del gran cariño que su abuelito siente por esa festividad, y fue ese sentimiento lo que le dio alas para participar en el reinado que finalmente logró entre 8 concursantes.

Bastante emocionada al recordar la noche de la coronación, Diana relata que cuando era pequeñita don Hugo siempre la cubrió de mimos y le decía que, “yo iba a ser reina de Ambato, y se cumplió”.

Aunque han pasado varios días de ese evento, todavía el adulto mayor no cree que su sueño de ver a su nieta como la nueva soberana se haya hecho realidad, incluso se puso la corona. “Es un sentimiento inexplicable”, admite Diana.

“Mi vida gira alrededor de mi abuelito Hugo. Hasta los 15 años tuve la bendición de vivir con él y mi abuelita, ellos me dicen que soy su última hija”, confiesa.

La reina lleva solo los apellidos de su mamá, quien siempre recibió el apoyo de sus padres para que a Diana nunca le falte nada. Ella devuelve ese cariño con palabras de amor y admiración hacia su madre.

“Solo llevo los apellidos de mi mamá y estoy orgullosa de ella. Es una mujer fuerte. Desde mi candidatura se puso la camiseta, todos los días acompañándome, incluso en las madrugadas. Ahora, de igual manera sigue pendiente, ella me llevará la agenda como reina electa”, detalla la joven.

Futura doctora

Actualmente estudia cuarto semestre de Medicina, su anhelo inmediato es convertirse en médico, profesión que ama y que también le inculcó su abuelito, aun cuando en su familia sobresalen los arquitectos. Desde pequeña siempre jugó con estetoscopios, convirtió un estudio en consultorio.

Una vez graduada escogerá la especialización a la que quiere dedicarse. Está indecisa entre cardiología y cirugía estética. Su deseo es prepararse en España o Argentina.

Proyecto de vida

Antes de recibir la corona, Diana ya estaba inmersa en la labor social, en un proyecto llamado Suspiro de esperanza. Al ser estudiante de Medicina dirigió su obra hacia la salud. “No como un proyecto de un par de años, sino de vida. Está muy enlazado a mi carrera y me gustaría poder continuar de por vida para llegar con la salud no solo a los sitios más vulnerables de Ambato, sino de todo el Ecuador”, explicó.

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