Durante 15 años, una pareja ecuatoriana mantuvo un ritmo sexual envidiable, con relaciones íntimas tres veces al día. Pero tras superar este tiempo, ahora ya cuarentones, aquel ritmo bajó. La sexóloga Verónica Sempértegui relata que la pareja buscó su consejo, pues les preocupaba la posibilidad de que esto afecte su relación.

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“Se preocuparon porque ella empezó a tener un bajo deseo sexual. Me imaginaba que era porque tenían relaciones solo una vez al mes o al año, porque casos así me encuentro en consulta”, explica Sempértegui.

Para su sorpresa, aquel matrimonio le reveló la curiosa periodicidad con la que ‘cuerpeaban’. “A mí me pareció curiosa esta frecuencia tan alta por 15 años. Le juro que hasta me daba un poco de envidia”, confiesa la especialista.

La terapeuta señala que una frecuencia tan alta es común al principio de una relación, pero suele disminuir con el tiempo, debido a la rutina y otros factores. “A mí me pasó, y a todos nos pasa”, añade.

La pareja se cuestionaba si tres veces al día era excesivo o insuficiente. La doctora aclara que, en realidad, en la sexualidad no hay una cantidad correcta o incorrecta, siempre y cuando ambos estén de acuerdo y satisfechos con su vida íntima.

Sempértegui destaca que, aunque la frecuencia estaba por encima de la media, la disminución era natural, dado que ellos pasaban por estrés laboral, cansancio y la crianza de los hijos.

El diagnóstico de la sexóloga fue que había una incompatibilidad sexual en la pareja. Resulta que el varón de la relación pensaba que si no tenía esa ‘maratón’ de placer diario, su amada lo abandonaría.

“Cuando entendieron que su esposa no lo amaba solo por esa razón, decidieron reducir la frecuencia a una vez al día, lo cual sigue siendo bastante para la media”, indica Sempértegui.

Finalmente, la pareja se fue tranquila al darse cuenta de que su relación íntima estaba en buen estado. La especialista subraya que lo esencial es encontrar un equilibrio que funcione para ambos y llegar a un acuerdo mutuo sobre cualquier fantasía.

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