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Que no haya un orgasmo no es un problema, el problema es cuando este empieza a molestar a la pareja y ahí hay que poner atención.Tomada de internet

No se traume si no hay orgasmos

La ausencia de éxtasis no tiene por qué ser un problema. Es normal que eventualmente no se alcance el clímax, mientras esto no moleste a la pareja. No limite el sexo a lo genital.

¿Sabían que no todas las personas saben lo que es un orgasmo? Según el sexólogo Xavier García, aunque el término lo puede conocer ‘todo el mundo’ y saber de qué se trata, no todos lo han sentido, sobre todo, las mujeres.

“La ausencia de orgasmo puede depender de diversos factores, como psicológicos, educativos o hasta físicos. Y, aunque la anorgasmia puede significar un problema, que alguien no sienta uno, eventualmente no quiere decir que haya tenido un encuentro sexual fracasado”, dijo.

Aclaró que aunque no haya orgasmo en un encuentro sexual, mientras ambos lo hayan disfrutado, no quiere decir que sean ‘malos en la cama’. Esto, porque muchas personas creen que este es el único fin de la relación sexual, y no es así. Lo mismo que se cree si no hay penetración. Sin embargo, tanto él, como la también sexóloga y médica familiar Paola Pérez, señalaron que la sexualidad tiene muchas manifestaciones y ‘tener sexo’ no depende ni del orgasmo ni del coito.

“A la relación sexual nosotros la hemos genitalizado y no es así. Estas pueden terminar sin orgasmo y no dejan de ser satisfactorias. Hay varios tipos de deseos y uno de estos, el ‘deseo de descarga’ es el que determina el orgasmo. Otro es el de solo sentirse deseado o que mi pareja solo me bese o acaricie y está bien”, detalló.

¿Cuándo es un problema?

Que la falta de un orgasmo sea un problema en la pareja lo determina, básicamente, que este genere una molestia. Es conocido como anorgasmia, apuntó Pérez. Esta es la dificultad permanente o recurrente, el retraso o la ausencia de alcanzar el orgasmo después de una estimulación sexual suficiente, que causa angustia personal.

Dentro de los factores físicos que impiden llegar a un orgasmo están los trastornos hormonales, como la disminución de los niveles de testosterona, la influencia de otros medicamentos o cualquier lesión o alteración tanto de los genitales como de las partes del cuerpo implicadas en la respuesta sexual (lesión de médula ósea o en la musculatura del suelo pélvico). También influye la edad o las enfermedades crónicas.

Entre los factores psicológicos están los trastornos depresivos y los de ansiedad, que disminuyen el deseo y la excitación.

  • Lo único que debería ser importante en la relación sexual es la satisfacción nuestra y de nuestra pareja, y esta no necesariamente depende de un orgasmo.
  • Estar muy ‘preocupados’ por llegar a un orgasmo puede causar el efecto contrario y hacer que este no llegue nunca. Hay que estar relajados.
  • Uno de los peores errores que se pueden cometer es fingir orgasmos porque estamos dando un mensaje erróneo a nuestra pareja. Es mejor intentar buscar uno.